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El que se robe mis historia...
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Dos días habían transcurrido desde la fiesta celebrada en el castillo, ya todos estaban en el teatro, un día tranquilo, esta vez sin prácticas, habías visitado horas atrás a Illya a su tienda de ropa mientras iban camino a comprar comida los chicos y tu, de nuevo, eso había sido hacia algunas horas y ya estaban en su casa preparándose para hacer el almuerzo.
Illya observaba desde adentro a la gente pasar, ese día solo estaba arreglando algunos pedidos, por lo que la tienda realmente no estaba abierta, el alboroto de la gente le llamo la atención, decidiendo salir también a curiosear, prestó atención a los murmullos averiguando que era lo que pasaba.
— Qué horror... — ... — En plena calle... — ... — De seguro es otra de sus artimañas... Puedo estar seguro que no hicieron nada... — ... — Los van a ejecutar a plena vista... Dios mío... — Habiendo escuchado suficiente salió de la multitud pasando desapercibida dado que mucha gente no quería ver el horroroso acto, sin embargo, no se dirigió a su tienda, fue directo al teatro, con paso un poco apresurado, entrando con la llave que le habían dado por la puerta principal, yendo directamente a la parte trasera encontrándolos en la cocina a punto de cocinar.
— Hay un problema... — Todos la miraron — Están a punto de ejecutar a varias personas en la plaza, aun hay tiempo de hacer algo. — Sueltan los utensilios saliendo de la cocina, tu, a buscar tu traje, los otros sus máscaras y gabardinas.
— Reúnan a los que puedan, y nos veremos en los techos que rodean a la plaza, Illya, busca las bombas de humo y algunas armas, creo que es hora de que uses ese gancho. — Ordenó Maddock, la última frase fue para ti, asentiste, acomodando el traje, todos bajaron al sótano y se fueron por una rejilla que daba al desagüe abandonado de la ciudad, separándose para que cada uno pudiera hacer sus tareas asignadas.
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Subí por el edificio seguida por una buena cantidad de personas, todos con gabardinas y las caras cubiertas, al llegar a la azotea pude ver a la perfección a que se refería Illya, desde mi posición agachada divise al resto, justo en medio de nosotros estaba la plaza, la gente se amontonaba para ver lo que pasaría a continuación, expresiones sombrías, el general empezó a hablar.
