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El que se robe mis historia...
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Una mañana tranquila luego de llegar de la fiesta del conde David, Reed se encuentra en su habitación recién despertando, mira durante un rato el techo hasta que a su mente llegan los recuerdos de la noche anterior, la emoción de verla y la molestia cuando aquel tipo colocó sus manos sobre ella, la satisfacción cuando colocó las suyas para bailar con ella, antes no se había tomado el tiempo o no quería reconocerlo del todo, sabía lo que eran esos sentimientos, no era tonto, pero quería hacerse durante un rato, sin embargo, no luchó por empujarlos, empezó a pensar desde el momento en que la conoció, hasta el día anterior, su constante necesidad de verla seguido, a pesar de ser sentimientos nuevos para él, podía interpretarlos bastante bien.
Estaba enamorado de la cantante.
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Repaso lo que ocurrió la noche anterior, ni yo, ni los demás, creen que de verdad bailé con Reed, su manera de tratarme contrasta bastante con lo que escuchamos constantemente, un trato frio y descorazonado, asesinando a quien si quiera le levante la voz de una manera en que no le guste, sin embargo su forma de tratarme es... Extraña, casi cálida y esto no me gusta, posiblemente solo lo esté pensando muy a fondo, las posibilidades de que yo a él le guste son escazas, a lo mejor le gusta que su círculo intimo cumpla con ciertas cosas, a quien se le ha visto tratar decentemente ha sido solamente al Conde Irvin, del resto, de lejos.
— Rahil... Te esperan... —La voz de Ross me saca de mis pensamientos, acomodo la máscara y subo la capucha del traje, me pongo de pie y abro la puerta, allí esta él, camino por los pasillo hasta llegar a la oficina de Maddock, toco la puerta tres veces.
— Entra. —La voz de Maddock me da el permiso y abro la puerta, siento las miradas de los cuatro hombres en la habitación, me coloco al lado de Maddock viéndolos de frente— Ellos son Robert, Michael y Anderson, vinieron a hacer tratados con nosotros por el tema de Blair, son del país vecino, Reed representa una amenaza para ellos también, como sabes desde hace unos años ha intentado empezar una guerra entre las naciones, están aquí para evitarlo y ayudarnos con lo que necesitemos, sin embargo... —
— Tenemos nuestras dudas con respecto a su grupo de rebeldes. —El que se llamaba Anderson habló, realmente no me extraña esta afirmación, nos ha costado ganarnos el favor de la gente en estos seis años — Seré directo con lo que queremos decir, nuestra confianza radica en su experiencia, apenas hace unos meses la gente se ha empezado a poner de su lado públicamente, el problema mayor aquí, a nuestra manera de pensar, es que ustedes no muestran miedo porque no saben lo que es una guerra, porque son jóvenes, no sé si llamarlos valientes o tontos. —Las palabras de este hombre siguen sin extrañarme, es perfectamente entendible su desconfianza, me dispuse a hablar, dejando salir una voz masculina empecé.
