Inocencia Robada (Fanfic 50 Sombras De Grey)

28: ¿Atando cabos?

POV CHRISTIAN

Un sonido en mi teléfono anuncia que me ha llegado un nuevo correo.

Tomo mi teléfono y veo que es un correo de Elena. Bajo la atenta mirada de Mía abro el correo dónde Elena me envía el número de Timber Lincoln.

- Haré una llamada- le digo.

No quiero ilusionarme con una pista falsa, por qué posiblemente Mía habla desde la rabia. Aún así la familia de Lily tiene mucho dinero y fácilmente puede comprar a Rusell y Lincoln. No lo voy a descartar tan fácilmente.

- Está bien, yo aquí te espero- me responde.

Me voy a mi estudio. Tomo el teléfono, por qué no voy a llamar a ese imbécil desde mi teléfono personal. Marco su número.

- Lincoln- responde bruscamente después del cuarto tono.

- Timber... soy yo, Christian Grey.

El suelta una carcajada burlona.

- Sabía que me llamarías, bastardo.

- Si te llamo no es para que me insultes. Ya sé que quieres obtener dinero de mi.

Es una lacra pero me interesa lo que me va a decir.

- Es lo que me debes por quitarme a mi esposa ¿No?- Dice con rabia.

- La culpa fue tuya por preocuparte de otras cosas y dejar sola a tu esposa.

- ¡Pero eso no te daba el derecho de meterte entre sus piernas!

- No te llamé para escuchar tus reclamos de despechado, quiero saber que información tienes que a mí me pueda interesar.

- ¿Tú crees que te voy a soltar la información que tengo simplemente así? No, bastardito, vas a tener que pagar por ella.

- ¿Cuánto?

- Déjame pensarlo y te devuelvo la llamada.

- ¡Maldito!- Me cuelga.

Este maldito sabe lo desesperado que estoy por eso está jugando conmigo.

Me quedo enfurecido varios minutos hasta que el teléfono suena nuevamente.

- ¡¡Grey!!

-¡Vaya! Parece que estás pendiente del teléfono- el estúpido se ríe de mí.

- No estoy para tus estupideces ¿Tienes información, o simplemente quieres joder?

- Tengo mucha información, pero no te lo diré.

- Puedo acusarte de omitir información- lo amenazo.

- Idiota, será tú palabra contra la mía. Más te vale ser amable y hazme un cheque por diez millones de dólares, y yo te suelto toda la información- maldito, sabía que no iba ser poco el dinero.

- Donde y cuando.

- Tienes mucha prisa, ¿eh?

- Sólo dime dónde nos juntamos- no me apetece ver tu rostro, maldito desgraciado.

- Iré a tu empresa mañana temprano, espero que tengas esos diez millones.

- Si no me queda de otra, pero lo lógico hubiese sido que hubieras hecho bien tu trabajo- rata de alcantarilla.

- Si vas a empezar con tu sermón al igual que tú padre, no haremos negocio.

- Te dije que te esperaré en mi despacho. Y no más juegos, Timber, si no, no hay trato.