Inocencia Robada (Fanfic 50 Sombras De Grey)

49: Una confesión arrancada del alma

 POV EAMON

¡¿Qué han hecho mis hijos?!

El ruido de la música se escucha desde la otra calle.

¡Ese par de cabrones me va a escuchar!

Yo tengo que trabajar cómo burro y ellos esperan que mi esposa y yo no estemos para que transformen la casa en una maldita discoteca.

Entro a mi casa... ¡Por Dios! Huele a alcohol, marihuana, hasta la sala apesta a sexo ¿Es esto una discoteca o una bacanal?

Unos gritos provenientes del salón llaman mi atención. Me acerco para ver quién es y echarlo de mi casa. Cuando me voy acercando veo al hijo mayor de Carrick Grey, me oculto tras una planta que tiene mi esposa en la casa. Al parecer quien está gritando es mi hijo, la voz femenina se me hace familiar. ¿Dónde he oído esa voz antes? Mmm... creo que se trata de Gia, la ex novia de Ethan. Me pregunto porque estarán discutiendo.

¡Qué me importa a mí por qué discuten! Debo ir a buscar a Katherine, ella tendrá que hacerse responsable de éste desastre.

— ¡Cállate, maldito! No te atrevas llamarla bastarda ¡Eloise es tú hija! —  Escucho gritar a Gia.

¿Qué mierda ha dicho?

¿Acaso Ethan tiene una hija y nosotros no nos habíamos enterado?

— ¡¡No mientas!! Esa niña es de Elliot Grey, o Dios sabe de quién. Y ya no me sorprende con lo zorra que eres— me quedo pasmado al escuchar a mi hijo difamar a esa chica.

— ¡Qué te calles! — Oh Dios esto es un desatre — ¡ No puedo creer que rechaces tu propia hija! Eres un maldito desgraciado...

Debo salir de aquí, no puedo enfrentarme a Ethan ahora, sólo empeoraría las cosas.

Sigilosamente salgo de mi casa sin que nadie se de cuenta. Necesito relajarme para aclarar mis ideas  y después poder abordar a mi hijo. Si Ethan tiene una hija con Gia Matteo, pagará muy caro su deshonra... Ningún hijo mío anda por ahí dejando hijos botados.

Saco mi celular y le marco a Timber.

— E. Kavanagh, pensé que habías quedado agotado después de celebrar nuestro último triunfo...

— Si, pero los problemas nunca faltan y necesito relajarme— respondo.

— En media hora más en la casa de Russell, yo me encargo de las mujeres, los tres tendremos nuestra propia celebración.

— Está bien— me río.

Sabía que mis buenos amigos y socios me ayudarían olvidar todos mis problemas aunque sea sólo por un momento.

Hace unas horas atrás estuvimos en un club privado celebrando que este mes lavamanos la cifra más alta de dinero en lo que va del año. Lo único malo es que Maxim está haciendo participar a su hijo Erick... Nuestro acuerdo era sin involucrar a nuestras familias, en ese caso: nuestros hijos.  Pero,  Maxim y Blandino han roto esa regla.