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Edd y Matt habían llegado a su casa después de haber ido a comprar las cosas para sastifacer sus necesidades, o la mayoría de ellas.

Al entrar se sorprendió, pues todo estaba en silencio; lo cual significaba que uno de los dos no estaba o se habían matado entre ellos.

Pero el alivio duró poco, se escucho un fuerte golpe provenir de las escaleras.

Matt fue rápidamente, antes que Edd, mientras que el contrario dejaba las compras.

Al llegar el pelinaranja, pudo ver a Tom sangrando de la cabeza, pues había sido lanzado por el de rojo.

—¡Espero que aprendas tu lección maltido hijo de puta!— gritó enojado Tord, que se fue a su habitación, cerrando la puerta con fuerza.

—¡Tom! ¡¿qué sucedió?!— preguntó tranquilo Matt, pues aquello ya era cosa de todos los días.

—Ese estúpido, yo solo trate de alejar el humo y apagar el fuego— se levantó poco a poco, estando atontado por los golpes.

—¿Humo?, ¿fuego?— Edd por fin habia llegado, suspirando por ver la sangre y las heridas de su amigo— ustedes limpiaran eso— rodo los ojos, para después mirarlo— sabes que Tord seguidamente hace su trabajo involucrando fuego, armas, humo, veneno, bombas; así que ya no deberías sorprenderte. Además, el comprará otra casa si destruye esta, estaba en el contrato— recordó, dejando como estúpido al de azul.

Tom hizo un chasquido, para después irse empujando a Matt que se encontraba en frente de él, dirigiéndose a su habitación.

—Matt, estoy cansado, iré a dormir— aviso, dejando al de la sudadera morada triste.

—Pero Edd, quiero hacer algo divertido, hace tiempo ya no hacemos nada todos juntos. Además, tú siempre estas cansado— miró a Edd, suplicando por salir a pasear como en los viejos tiempos.

—Lo siento Matt, pero creo que estoy enfermo, será una cosa de algunos días para recuperarme— se fue, dejándolo solo.

Hay errores, como también consecuencias.

InestableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora