En busca de un "Gran" Sacerdote

Maddie

Seth y Coppen corrieron al parque muy emocionados por ir a jugar, y aunque ya tenían 11 y 13 años parecían unos completos niños.

- ¿y tu amiga? - preguntó Seth - creí que vendría.

- al parecer tiene tareas - se alzó de hombros.

- ¿jugamos a las semillas? - preguntó Seth.

- ¿qué es ese juego?

- primero debemos conseguir unas 50 semillas cada uno - comenzó a explicarle - y trazamos un círculo en el piso - Coppen lo hizo con la rama de un árbol - bien...

Fueron a conseguir las semillas que cortaron de los árboles.

- ¿qué sigue ahora?

- tomas diez de ellas y las lanzas a la vez al aire, las que caigan en el círculo son tuyas, las que no, tienes una oportunidad para tratar de que entren pegándoles con tus dedos, si no entran esas semillas entonces tengo la oportunidad de tratar de meterlas, si lo hago me las quedo.

- bien - dijo Coppen emocionado y comenzaron a jugar, obviamente Seth era mejor jugador ya que tenía práctica en el asunto por lo que se adueñó de más de la mitad de las semillas en menos de diez minutos.

- eso no se vale! - Coppen empezó a protestar.

- ¿por qué no?

- el gran Sacerdote nunca pierde! - trató de quitarle las semillas a Seth y ambos comenzaron a pelear por ellas.

- espera, no discutamos - dijo el niño - mejor juguemos algo más interesante!

- ¿el qué? - Coppen se cruzó de brazos.

- esto - Seth tomó una semilla y trató de pegarle a uno de los faros del parque intentando quebrar el bombillo.

- si! - Coppen intentó lo mismo.

- el que rompa el foco gana! - comenzaron a lanzar las semillas una y otra vez.

Al principio creyeron que sería una tarea sencilla, pero poco a poco, y al pasar el tiempo comenzaron a cansarse.

Los niños se reunían todos los días después de clases para ir al parque y seguir tratando de romper el bombillo.

- ¿de verdad pretenden que lo van a lograr? - Tupi los miraba raro.

- si! - decían siempre y no se rendían.

No fue hasta tres años después que el propio Tupi, harto de ver que nunca conseguían nada, tomó una piedra y la lanzó justo en el bombillo rompiéndolo en cientos de trozos.

- corran! - gritó y Tupi junto a los chicos, que para ese entonces ya tenían 14 y 16 años, escaparon.

- ¿por qué hiciste eso?! - le reclamó Coppen.

- tenía ganas de hacerlo desde el principio - se alzó de hombros - me agobiaba verlos tratando de romper un bombillo con semillas! llevan años intentándolo!

Ambos negaron con la cabeza.

- será mejor que me vaya - dijo Coppen - se me hace tarde y debo regresar a casa para mis clases de violín.

- ¿tocas el violín? - se sorprendió Tupi.

- está en clases de eso como desde hace una semana - le explicó Seth.

Coppen se despidió y fue a su casa.

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- hola mamá, ya vine - dijo Seth y la saludó, ella solo lo miró mientras fumaba, había retomado los vicios con el paso de los años.