Edgar

68 7 0
                                    

Serbia y Pollón ya llevaban varios minutos caminando cuando de la nada, este se detuvo en seco.

- ¿qué pasa? - ella lo miró.

- ¿estás segura de que estamos buscando en el lugar correcto? 

- no tengo idea - se alzó de hombros - ni siquiera tengo pistas de dónde pueda estar...

- tú no tienes pistas, pero puede que alguien más sí las tenga... ¿qué tal Erlen Meyer? dijiste que lo habían visto.

- lo vimos en la fábrica de armas hace años... pero nada me garantiza que siga vivo...

- hay más tiempo que vida - se alzó de hombros - deberíamos ir a buscarlo a él primero, hay que apostarle a lo seguro.

- sí... - se dirigieron a la fábrica de armas, donde había mucha gente protestando afuera.

Eran todos ángeles, militares contra personas que se habían reunido a protestar para que no se llevara a cabo una ejecución.

- no pueden matarlo! - gritó una mujer muy molesta - él no agredió a nadie! lo único que demostró es que quería el fin de la guerra!

- cierre la boca o la voy a violar - un militar fue hacia ella y la golpeó en el rostro con el mango de su pistola para que se callara.

- qué idiota! - Serbia se molestó y quiso ir a hacer justicia pero Ronald la detuvo.

- no es una buena idea... - la miró a los ojos.

- pero Pollón! no podemos quedarnos de brazos cruzados! - reclamó.

- en este caso créeme que es mejor que lo hagamos...

Ambos siguieron presenciando la protesta. Una mujer de estatura media y una nariz particularmente grande, se encontraba llorando desconsoladamente, Serbia fue hacia ella.

- disculpe... - puso una mano en su hombro.

- ¿e-eh? - la miró aún llorando.

- ¿qué está sucediendo aquí? - le preguntó, seguramente ella iba a darle una respuesta.

- van a matar a mi hijo... - lloraba muy triste - van a matarlo y él es un inocente!

- ¿lo van a matar? - Pollón se extrañó - ¿pero por qué?

- porque descubrieron que él fue el responsable de la casa rosada... - dijo sin dejar de llorar - él no hizo nada malo, solo evitó que hubieran más muertes.

Iba a seguir contándoles pero en eso, dos militares llevaron esposado al chico que iban a ejecutar. La gente perdió el control al verlo y protestaron con más fuerzas.

- no puede ser... - Serbia negó con la cabeza - es él, es Erlen Meyer!

- no lo maten!!! - gritó su mamá desesperada.

Erlen Meyer al verla, únicamente le hizo una señal para que estuviera tranquila y no se preocupara por él.

- es un inocente! nadie quiere la guerra!!! - gritaba la gente fuera de sí.

Llevaron al chico a un muro, poniéndolo de frente a él, y a pesar de eso se mantuvo sereno.

La ejecución fue interrumpida de golpe por un auto que llegó a toda velocidad y se puso entre los militares y el chico. Del auto salió Mahú.

- vaya película - Pollón se impresionó, cosa que era rara, ya que casi nada le importaba.

- alto! - le gritó a los militares - soy el velador del conde Dyango, del reino de los elfos, y vengo a entregar un mensaje del mismísimo conde...

En busca de un "Gran" SacerdoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora