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Las noches empezaban a ser más frías de lo normal, no sabía si era la soledad o únicamente la temporada, pero podía ver a las personas caminar con sus cálidos abrigos, frotando sus manos en un intento de conseguir algo más de calor. Él solía amar el frío, siempre considero la ropa de esa temporada mucho más linda, podía ir a la cafetería por su café favorito de vainilla, llegar a casa y recibir la comida caliente de mamá, pero ahora pensar en eso era únicamente nostálgico.

Al día siguiente Hyunjin esperó al chico en la entrada del colegio, estaba un poco indeciso sobre si sería buena idea o no el volverse a ver, pero era la única persona que lo notaba, tal vez insistir otro poco no sería una lucha en vano si elegía las palabras correctas, ¿Cierto? Igual, no pudo hacer mucho pues en cuanto éste apareció hizo un ademán con la cabeza en señal de saludo, no pudiendo decir más o sería visto como un raro por hablar sólo, pero lo siguió. Que le hiciera un gesto lo tomaba como un avance menos agresivo a como su encuentro de la vez anterior.

— No tuve oportunidad de preguntarte tu nombre.

— Yang Jeongin. —respondió en un murmuro intentando no llamar la atención de las personas.

— Un gusto, Jeongin.

Por instinto, Hyunjin estiró su mano para enlazarlas en un apretón y al percatarse de su error, avergonzado la retiró rápidamente, cosa que para su sorpresa hizo reír a Jeongin.

— Un gusto, Hyunjin.

— Siento haberte presionado tanto ayer, debió ser raro desde un principio ver al chico que se le estaba celebrando un funeral, ¿No?

Jeongin se encogió un poco de hombros mientras negaba con su cabeza.

— Es bastante normal, te dije que suelo ver espíritus, ¿Cierto? Lo hago desde que tengo siete años así que, en parte me he acostumbrado —soltó un suspiro cargado de cansancio mientras se detenía a sentarse en una de las bancas de la explanada bajo aquellas amplias sombrillas que eran tan peleadas en tardes de calor—. Es incluso molesto, a veces son tan violentos.

El mayor estaba un poco sorprendido de que Jeongin le hablara de ese tipo de cosas que él consideraba debían ser difíciles de explicar, pero recordó sus palabras diciendo que era más fácil que él lo entendiera y tenía razón. Decirle a un vivo que ves muertos debe ser menos creíble para la persona que decirle a un muerto que lo estás viendo. 

— ¿Por qué violentos?

— Hay veces donde gritan mucho, golpean las cosas, arrojan mis útiles cuando hago tarea.

— Espera... ¿Entonces sí es posible tocar objetos reales? —Hyunjin tomó asiento junto al chico, no podía sentir esa acción, era como si la madera no hiciera contacto directo con su trasero pero era una especie de acción rutina.

— Sí, ¿Tú no puedes? —el pelinegro negó—. Supongo es cosa de intentarlo.

— ¿Y por qué te molestan a ti?

— Molestan a cualquiera que pueda verlos, a veces intento no prestarles atención pero de alguna forma u otra notan que los veo. Igual, no se quedan mucho o acaban atándose a la persona, pero uno se va y otro viene. Si tengo suerte paso semanas sin uno de ellos.

— ¿Has hablado con alguien sobre eso? Amigos, familia, no sé...

— Solo mamá, pero da un poco igual, ella puede verlos igual.

— Espera, ¿Tu madre es Médium Yang?

Jeongin asintió una vez y eso bastó para causar sorpresa en Hyunjin.
No solo había estado hablando con el hijo de cualquier fulana, esa era la cría que parió la más conocida médium de esa área del país, incluso ahora tenía un poco más de sentido que el chico estuviera acostumbrado a ver espíritus, estuvo en contacto con ellos toda su vida.

Incluso llegó a sentir algo de pena por él, claramente el chico no tenía intenciones de ser como su madre, él lucía tan exhausto al hablar de ese don, que le sentaba más como maldición, mientras que la señora Yang lucía tan amena con eso, o al menos es lo que decían aquellos que pagaban una costosa consulta por una sesión espiritual con ella. No era nada económico, para nada, pero nadie esperaba que comunicarse con un difunto lo fuera, así que eran cosas que se costeaban muy de vez en cuando aquellos con la capacidad económica de hacerlo.

Y claro, la médium había demostrado ser una persona honesta con su trabajo al responder siempre las preguntas que se le hicieran durante la sesión con cosas exactas que solo el muerto y la persona supieran. Incluso escuchó que una vez detalló el último día de una muerta a la perfección, fue el mismo caso que la llevó a ser conocida. La familia ya sabía todo de la muerte de la chica, pero querían intentar contactarla. Claro, habían hecho un trato con la médium, llevarían acabo la sesión y pagarían incluso 50% más del costo de la sesión, pero ésta debía decirles cómo murió y qué vestía ese día. No fue difícil, la médium respondió todo a la perfección.

— Debe ser difícil odiar lo que haces y que tu mamá se dedique a ello, ¿No?

— A veces, solo es un poco cansado.

— Aprecio que me dijeras esto, Jeongin.

— Siento que tenía que hacerlo —el menor se encogió de hombros mientras dirigía su mirada hacia el piso, se notaba un poco avergonzado—, la última vez fui un poco tosco, ¿No es cierto? Fui yo quien se acercó a hablarte y terminé alejándote cuando solo querías un favor, fue imprudente de mi parte acercarme cuando ni siquiera me habías notado, pero al caer en cuenta de eso temí que también fueras violento conmigo y ya no supe como huir...

El pelinegro abrió un poco más sus ojos con sorpresa, se estaba llevando tanta sinceridad por su parte que dudó por un instante fuera genuina. Hyunjin había conocido a muchas personas en su vida, unas buenas y otras no tanto, pero Jeongin lucía tan sincero y tímido que se lamentó no haberlo conocido en vida porque tal vez habrían sido amigos.

Entonces, tuvo una gran idea, o al menos eso pensó.

— Jeongin, necesito un favor, pero a cambio te haré uno yo.

El mencionado dirigió su mirada ahora cargada de confusión hacia el chico, quiso preguntarle qué clase de favor podría hacerle él, pero no quería sonar grosero considerando que Hyunjin se estaba ofreciendo para algo pese a sus limitaciones. Tal vez sería la oportunidad de calmar la culpa que sentía por su actitud tan ruda la vez pasada, después de todo, el chico estaba muerto, claramente solo intentaba comunicarse con él por no poder hacerlo con otros y él lo alejó así luego de haberle hablado. Solo asintió como respuesta y el mayor continuó.

— Solo quiero que le digas a mi familia que morí, que he trascendido, miente, di que me fui al cielo y que mi alma está descansando, haz lo posible para que dejen de buscarme porque no estoy tranquilo viéndolos sufrir. A cambio, seré tu ángel personal. Bueno, sé que no soy un ángel, pero puedo protegerte más que esos, yo estaré para defenderte de muertos y vivos, cuando un espíritu quiera acercarse a ti, lo alejaré, ¡Puedo hacerlo! —aseguró agitando su puño izquierdo con determinación y con una expresión de total seguridad—. No volverás a sufrir con ellos. Y seré tu cámara de seguridad personal contra los vivos, cuando vayas por la calle siempre te avisaré de cualquier anomalía, no saldrás con miedo.

Jeongin no pudo evitar echar a reír en cuanto Hyunjin acabó, se atrevería a decir que incluso sonó tierno y la determinación del muchacho le causaba gracia, incluso tuvo que limpiar una lágrima acumulada en su ojo derecho tras reír escandalosamente como hace tanto no hacía.

— Entiendo lo de los espíritus, Hyunjin, pero ¿Para qué quiero una cámara de seguridad personal?

— Para que no termines como yo.

Entonces el menor dejó de reír, entendió su punto.

— ¿Por qué harías eso?

— Porque quiero en verdad que alguien detenga el sufrimiento de mi familia ya que yo no puedo hacerlo.

El castaño soltó un suspiro y llevó su mano hacia los cabellos de su nuca para revolver estos un poco. No quería meterse en asuntos que no eran suyos, menos con los no vivos pues su madre decía que eso traía problemas. Aún así, decidió darle un voto de confianza a Hyunjin sin saber que todo eso alteraría su modo de vida.

— Está bien, lo haré.

Y con solo esas palabras, Hyunjin sonrió.

RUBATOSIS ❀ HyunIn [✓]Where stories live. Discover now