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11 de agosto.


Llevaban poco más de un mes haciendo prácticamente todo juntos, salían a tomar aire, comían, iban por las compras, claro, solo uno de ellos podía hacer las actividades pero al otro le bastaba con sentirse parte de; esa mañana no era la excepción.
La madre de Jeongin lo había mandado por unas cosas al supermercado y tras repetirlo varias veces en su mente, el menor lo memorizó: un litro de leche, un kilo de manzana, un bote con crema y cien gramos de canela. Al parecer haría postre.

Yang paseaba por los pasillos buscando la crema y la leche, en esos momentos odiaba haber ido con pantalón corto y una camiseta ligera, era temprano, hacía calor pero justo en esa sección del supermercado estaba helando. A Hyunjin parecía haberle dado gracia eso, claro, aprovechaba que él no sentía nada para burlarse del temblor del castaño.

— ¡Al fin! —terminó por encontrar la marca del bote con crema y tras meterlo a la canasta con rueditas que llevaba, salió casi corriendo de ese pasillo—. Que horror, no vuelvo a venir tan fresco.

— No digas eso, ahora que salgas y vayas con las compras hacia tu casa vas a sentir calor y agradecerás haber venido así.

El menor le dio la razón a Hyunjin al asentir, afuera hacía tremendo calor así que en parte debía agradecer el estar fresquito ahora. Se acercó hacia la sección de fruta buscando con la mirada las manzanas, debían ser rojas, según su madre "no traigas las que están descoloridas, pero tampoco de esas manzanas duras", ¿Qué clase de manzana debía llevar? Eso era mucho para él que no solía encargarse de elegir frutas o verduras. Su pensamiento se vio interrumpido cuando repentinamente tiraron de su brazo, con su mano sujeta al mango del carrito iba tirando del mismo haciendo algo de ruido al ir de lado, sin embargo, fue hasta que lo soltaron que pudo intentar incorporarse mientras se orientaba. Era la sección de electrodomésticos, prácticamente desierta y con tantas cosas en los estantes que era un lugar ideal para no ser vistos. Jeongin observó con atención a la persona frente a él, un chico de cabello castaño, se veía ligeramente molesto pero cuando quiso preguntar qué ocurría, el chico le tomó por el cuello de su camiseta para atraerlo hacia él.

— Muy bien, Jeongin, ¿Qué tramas?

— ¿¡Qu-quién eres?!

— ¡Di tus intenciones! Fui a casa de la señora Hwang y dijo que, tiempo atrás tu fuiste a decirle que Hyunjin murió, ¡Dejó de buscarlo por eso! ¿Qué mierda buscas, eh?

Jeongin se encontraba totalmente confundido hasta que, para suerte suya Hyunjin apareció luego de haberse quedado atrás cuando fue repentinamente jalado. No esperaba ganar nada con su presencia pero al parecer conocía al chico.

— ¿¡MinHo?! —preguntó con asombro y confusión el pelinegro. Jeongin entendió.

— ¿Tú eres MinHo?

— No te importa —respondió de mala gana el chico—, no respondes a mi pregunta aún.

— Solo dije la verdad, no soy un estafador ni nada, ni siquiera gané algo con ello —Hyunjin fruncio el ceño al escuchar que su protección era "no ganar algo" pero no quiso hacer un drama al menor en ese momento—, fue algo que Hyunjin me pidió.

— ¡Deja de decir que él te dijo algo! ¡Ni siquiera se conocían!

— Nos conocimos el día de su homenaje en el colegio.

— ¡Mientes!

— Si previo a eso no nos conocíamos, ¿Por qué diría algo como eso de él? Las cosas que le dije a la señora Hwang ese día no pude haberlas sabido sin las palabras de Hyunjin.

RUBATOSIS ❀ HyunIn [✓]Where stories live. Discover now