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Tras el incidente Jeongin no tuvo más que llamar a su madre, que claro, estaba exaltada pero en cuanto llegó para llevarse a su hijo se sintió aliviada de saber que el más joven lo había echo para ayudar a otra persona. La mujer se debatía entre preocuparse o felicitar al chico, aunque finalmente optó por castigarlo; claro que eso no hacía gran diferencia en la vida de Jeongin ya que no solía salir mucho, tal vez lo único que le pesó fue que su madre no lo dejara desayunar sus cereales con malvaviscos todo un mes como parte del castigo.

Habían pasado cinco meses desde aquella noche donde ambos presenciaron un intento de secuestro, ocho meses desde la muerte de Hyunjin. Bang Chan le había dado su número celular a Jeongin ya que decía tenía una deuda pendiente que no tendría problemas en saldar luego, si bien Jeongin no tenía la intención de cobrar el favor estaba feliz pues tras enviarle un mensaje al chico indicando cuál era su número, el rubio había entablado una conversación que poco a poco se atrevería a decir podía volverse una amistad. No tenían muchas cosas en común, para nada, pero eso era lo de menos ya que sus conversaciones se centraban en otras cosas, desde un "¿Qué tal estuvo tu día?" hasta un "Ten una noche linda y buenos sueños" que llegaban hasta un "Ten cuidado, con esa sonrisa el secuestrado podrías ser tú" por parte de Bang Chan.

— Creo que quiere ligarte.

La voz de Hyunjin interrumpió la atenta mirada que Jeongin mantenía en su celular mientras con su mano derecha sostenía la cuchara todavía con arroz que no consumía por estar conversando con Bang Chan, un sábado en la mañana, demasiado temprano para el gusto de Hwang.

— No lo creo, solo está siendo amable. —Respondió el menor mientras apagaba la pantalla del celular para poder desayunar en calma.

— ¿Crees? Se nota, no cualquiera te dice eso de tu sonrisa, es más, ¿Qué sabe él de tu sonrisa? —el pelinegro hizo una mueca mientras apoyaba sus manos en la mesa, aunque claro, no ponía fuerza o acabaría cayendo—. La sonrisa de tu foto de perfil en whatsapp no se compara a la real.

Jeongin no pudo evitar reír ante la escena que montaba su compañero, Hyunjin pareció mostrarse más tranquilo e incluso imitó la sonrisa del chico, aunque era verdad que estaba un tanto celoso con ver como empezaban a llevarse ambos y no temía aceptarlo en voz alta. Era un egoísta por temer perder a la única persona que podía verlo tanto como Jeongin lo era por temer perder al único con quien podía hablar, tal vez ambos no eran del todo diferentes.

Las vacaciones eran el periodo favorito del año para el más joven, evitaba el contacto con otras personas. No es que Jeongin fuera el típico chico que quería a todos lejos para verse misterioso, ¡Al contrario! Él daría lo que fuera por salir en las tardes con un grupo de amigos a la plaza simplemente a tontear, pero no podía, había crecido apartado de los niños por ser señalado como "el hijo de la bruja", lo que le causó el rechazo a donde iba y posteriormente, una horrible fobia social. Si bien ahora ya no lo llamaban así, estaba aterrado con la sola idea de salir de casa, por eso apreciaba tanto la compañía de Hyunjin y no estaba dispuesto a perderla.

— ¿Te parece si salimos al parque? —preguntó al mayor, quien ya andaba tan acostumbrado a pasar de un lado a otro por los muebles y las paredes, cosa que le daba gracia al menor.

— ¿Por qué iríamos al parque?

— ¿Por qué no? ¿Tienes planes? —bromeó mientras apoyaba sus codos en la mesa y posteriormente su mentón sobre las palmas de sus manos.

— Sí, justo hoy tengo una cita. —Se pavoneo mientras fingía mirar su reflejo en uno de los vidrios de los muebles.

— ¿En serio? —el castaño mantenía una sonrisa mientras observaba la elocuencia de Hyunjin, incluso sentía que realmente estaba ahí—. ¿Y quién es el afortunado?

RUBATOSIS ❀ HyunIn [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora