4.- Hablemos cara a cara.

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Con la charla de Ryoken y Yusaku puesta en su final. El albino se levanto de aquella mesa y comenzó a caminar, paseando por las largas calles de Den City, llegó hasta un puente, al pasar caminando por ahí escucho los sollozos de alguien bajo ese pequeño puente que pasaba por encima de una pequeña encrucijada, se asomo por el borde de esta.

Grande fue la sorpresa que el albino se llevo al ver una cabellera blanca, además que reconoció un poco esos sollozos, paso al otro lado de dicho puente para bajar por el pequeño camino de tierra hasta quedar al lado del menor.

— Que bueno que no pasa agua por aquí. — Fue todo lo que dijo, llevando su mano derecha a la cintura.

Takeru reconoció la voz rápidamente, pero no hizo nada, seguía sentado sobre la tierra dándole la espalda. — ¿Que quieres? — Comento con frustración en su voz.

— Vaya ... Uno tratando de ser amable. — Se cruzo de brazos.

— ¿Tu? ¿Amable? Por favor. — Aun recuerda la vergüenza que le hizo pasar.

— Vamos vamos. — Al final el albino opto por acercarse al menor, se puso de cuclillas y apoyo su mano en su hombro.

— Dejame en paz. — Gruño.

— ... Tienes tu uniforme escolar ¿Y tu mochila? — Mirando la escena de otra perspectiva, se quedo pensativo. — Pensé que el lugar favorito de todos para llorar era la bañera. —

— Si solo vienes a burlarte por favor, sigue con tu camino. — Se puso de pie, dispuesto a caminar y salir de ahí.

Ryoken también se puso de pie y lo tomo de la mano, al hacer esto, Takeru volteo a verlo, dejando ver un rostro lastimado, marcas en su cuello, completamente cubierto de tierra. El albino se alarmó. — ¿Que te paso? —

Takeru hizo un ademán brusco con su mano para que lo soltara. — ¡No finjas interés! — Volteo por completo pero manteniendo distancia, ahora lo vería cara a cara.

— Nunca fingí interés. — Lo soltó si, pero se cruzo de brazos. — Siempre tuve interés en ti. —

El oji morado no evito sonrojarse por esas palabras, pero gracias a la tierra en su rostro pudo cubrir bastante. Por ese momento decidió dejar de ser tan tosco con el albino. — ... Me robaron. — Comentó sin mas y bajo la mirada. — No quería entregarles mi mochila, ahí tenia a Flame, mi disco... —

Ante la confesión repentina del menor, deducía que hubo pelea. — ¿Cuantos eran? — Solo se acerco unos pasos al menor.

— Cinco. — Los pasos que Ryoken se adelanto, él lo hizo pero hacia atrás.

— No te haré nada. — Se dio cuenta de como Takeru le huía.

— ¿Nada? ¿Así como me dejaste en mi portal? — Seguía bastante tocado por eso.

— Ah~ cierto, tu noviesito te vio en un charco de orina. — Se aprovecho cruelmente de la situación.

— ¡Fue por tu culpa y no volveré a caer! — Un paso en falso de Takeru fue lo que le hizo tropezar, cayo sentado en la tierra nuevamente y esta vez se quejo, parece que no solo estaría herido en su rostro.

— Te dieron una paliza. — Aprovechó que estaba en el suelo y se acerco extendiéndole su mano. — Seré simple y fuerte con la verdad, la noche esta cayendo, tu no puedes caminar por la paliza que te dieron, eres un blanco fácil para vagabundos, pedófilos y secuestradores, tienes dos opciones, tomas mi mano o vivirás con una vergüenza peor que orinarse. — La mirada frívola de Ryoken llego a penetrar su alma, parecía una víbora molesta.

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