12.- Florecimiento.

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Los años pasaron con naturalidad, el ultimo año escolar había terminado hace dos años atrás, el tiempo que tardo Takeru en recuperarse completamente de aquellos traumas que le habían ocasionados esos tipos, todo marcho con normalidad, los niños se convirtieron en adultos echos y derechos, Yusaku y Ryoken continuaron cuidando de Takeru, aunque este ahora tenia una pequeña familia; gracias a que Ryoken movió papeles para poder hacer que la pareja del mismo sexo pudiera adoptar al albino mas bajo.

Takeru ya cumplía sus 21 años, su cabello había crecido un poco mas, ya no usaba ese adorable peinado con el que se lo conocia, ataba sus cabellos con una coleta, por Yusei aprendió mucho de mecánica, por lo que siempre se lo veía en el taller con su padre.
Yusaku también había cumplido 21 años, él y Ryoken de ahora 23 años trabajaban juntos en la misma compañía, sus guerras con la mirada continuaban plasmadas en ellos, como una de las muchas cosas que quedaron a lo largo de los años, y aunque Takeru parecía ajeno a mostrar sentimientos por alguno de los dos, igual peleaban por la atención del menor.

La vida se volvió tranquila, parecía no haber problemas ya, y aunque nada mas podía pasar -o eso creía Takeru.- todo marchaba bien. 

Ese día, comenzaría con Takeru mirando por la ventana, con una llave tuerca en su mano, grasa de motor en su rostro y la campera blanca abierta, dejando mostrar una playera sin mangas negras, la cual se pegaba a su cuerpo y marcaba los músculos que el menor tenia.

— Takeru tienes visitas. — La voz de Judai saco de sus pensamientos a Takeru, quien miro a "su visita".

— Yusaku, Ryoken, bienvenidos. — Les sonrió con la misma ternura de siempre.

— Hola pequeño. —Ryoken sonrió.

— Buenos días. — Comento Yusaku con calma.

— Pensé que trabajarían. — 

— Hoy tenemos el día libre, y lo pasaremos contigo. —

Por las palabras de Ryoken, Judai camino hasta Yusei. — Entonces saldremos de paseo, mientras ustedes aprovechan el día. — Ellos prometieron que les daría su espacio con respecto a esos chicos o si el albino deseaba estar solo.

Con los mayores fuera de la casa, Takeru y los otros dos entraron, el menor caminaba hasta la habitación, como costumbre Yusaku y Ryoken lo siguieron. 

— Me pondré otra cosa, seguro quieren ir a caminar o algo. —

— En realidad. — Menciono Yusaku.

Ryoken camino hasta el albino de surcos rojos, tomo aquel delgado cuerpo y lo arrojo a la cama sin herirlo. — Queremos borrar unas marcas. — Susurro Ryoken contra sus labios.

Takeru se había puesto rojo por completo, entendió en seguida lo que quisieron decir. — Yo... —

— Claro si quieres. — Agrego Yusaku, quien también se acerco a la cama.

Ryoken se mantenía encorvado, apresando el cuerpo ajeno contra la cama y su propio cuerpo.

Takeru avergonzado, solo apoyo su mano contra el pecho del albino mas alto, para poder alejarlo y él sentarse. — Yo... Realmente, en estos años que pasaron, desarrolle amor por ambos por lo que preferí ser distante y no lastimar a ninguno de los dos, pero se a que se refieren, y esta bien, aun me siento marcado por esos tipos, quiero borrar eso. — La sonrisa amable que les regalo a los otros dos, sacudió los sentimientos de estos, quienes suspiraron con tranquilidad.

— Seremos cuidadosos. — Susurro Ryoken, sentándose en la cama, se quito aquellos zapatos elegantes para poder cruzar sus piernas en la cama, extendiendo los brazos hasta Takeru, quien comprendió lo que el mayor quería y sin problema se acerco a él, sentándose en sus piernas, recibiendo mimos y besos del albino.

SunflowerWhere stories live. Discover now