Amigos con derecho (adaptada)

capitulo 50

Este capitulo va dedicado a Nataly Alarcon una de las lectoras que más quiero por sus hermosos comentarios y pedidos de novela. Gracias Naty 

A Caitlin le di la espalda todo el día, no quería darle explicaciones de nada. Ya el lunes arreglaría las cosas entre nosotras pero quería que se diera cuenta de que gracias a su impaciencia por saber sobre mi vida amorosa, termino haciéndome quedar como una ridícula.

En los pasillos los estudiantes decían “¿Crees que de verdad Justin besó a _____?” “Creo que _____ se inventó eso para hacerse más popular”. Si, gracias a Caitlin y al besó de Justin, yo era la loca que inventaba y a la que nadie le creía.

En el segundo receso no me pude zafar de las preguntas de Justin. 

Me sonreía y me regalaba una mirada especial, me había hecho sentir tan bien que todo mi mal humor había desaparecido. 

Sabía que a el le costaba estar conmigo y no besarme, cosa que a mi también me costaba, pero no quería que Chaz digiera a mis padres con lo que esta mañana me había amenazado.

Por otro lado las clases estaban terminando y por eso tenía que sacar las mejores notas en los exámenes finales.

-Mañana quiero verte. ¿Puede ser princesa?-me sonrió antes de besar mi mejilla.

-Claro.-dije con una sonrisa plasmada a mis labios.- Pero tiene que ser después de las 18:00 porque recuerda que mañana llegan mis padres y debo estar con ellos.

-Como quieras.-volvió a regalarme un sonrisa.- ¿Un besito?-dijo casi en una suplica.

-Justin.-dije en tono de reproche. Lo entendió.

-Luego dile a tu hermano que sea más disimulado para mirarnos cundo nos despedimos luego del colegio.- volteé a ver a Chaz, quien miraba impaciente y nervioso.- Que se tranquilice porque le va a dar un paro cardiaco.-carcajeo.- Nos vemos mañana.-besó mis labios suavemente.

-¿Qué dijimos sobre los besos en la escuela?-dije intentando sonar autoritaria, pero no me funcionó. Rió.

-Un besito no se le niega a nadie.-me sonrió para luego subirse a su auto.

Reí. Este chico me mata de amor. Caminé hasta Chaz que me miraba con desprecio.

-Dice Justin que seas más disimulado al mirarnos cuando estamos juntos y que te tranquilices porque morirás de un paro cardiaco.- me le adelante para no escuchar sus insultos hacía Justin, esa era una de las cosas que más odiaba de Chaz. Si alguien se mete en mi vida amorosa, se olvida de la amistad con mi hermano porque el no lo va a permitir. Ni que fueras tan importante Chazito.

Al llegar a casa cada uno almorzó en su habitación. 

Esta mañana tuvimos una discusión con Chaz acerca de mi relación con Justin. El me dijo que Justin no es el tipo de chico para mi porque a el le gustan mucho las chicas y no es de enamorarse en serio por más de dos semanas. Lo cierto es que no le creo porque Justin me ha dicho que me ama hace mas de dos semanas y eso ha durado. Yo le dije que creo que el es un celoso que solo se mete en mi vida porque no quiere que yo este de novia con uno de sus mejores amigos.

La peor parte de la discusión fue cuando Chaz comenzó a preguntarme si era virgen o no. Luego de eso mi “charla” con el, se convirtió en gritos, gritos y más gritos de parte mía. Se que algo sospecha porque hasta me preguntó que pasó el día después de la fiesta a la que fuimos Justin y yo solos. No le contesté. ¿Quién se cree el para preguntarme eso? No iba a decirle que no era virgen y tampoco que la había perdido con Justin porque ambos terminaríamos quince metros bajo tierra. Bien, pensé que con mis gritos se dejaría de molestar pero lo único que conseguí de su parte fue que me amenazara con decirles a mis papás sobre mis salidas a solas con Justin y de las dos veces que dormí en su casa. 

La tarde me la pasé haciendo tareas de las dos semanas que no había ido al colegio. Luego estudié para mis exámenes finales de la semana próxima y me quedé dormida entre los libros, papeles y lápices.

Narra Justin.

-Jazzy dije que a dormir.

-Pero Justin…-dije en tono de reproche.- tengo miedo, quiero dormir contigo.

-Si duermes conmigo tenemos que apagar el televisor cuando yo diga.

-Si.-me sonrió.

-¿Y yo?-preguntó Jaxon desde la otra punta de la escalera.- Tengo miedo Justin.

-Bueno, dormiremos los tres en mi cama, solo espero que no se muevan mucho cuando duermen.

Mi mamá se quedó a pasar la noche con mi papá en el hospital asi que me ofrecí a cuidar a mis hermanos hasta mañana por la tarde que viene Mirtha a cuidarlos.

Si dormir tres personas en una cama fue una locura, que me dejaran durmiendo a mí en el medio fue peor.

Desperté con dolor de espalda y me levanté sigilosamente para no despertarlos a ellos dos. 

Entré en la ducha y me demoré un buen rato, quería relajar cada uno de mis músculos que estaban tensos por haber dormido acurrucado entre dos niños.

Salí del baño con una toalla que rodeaba mi cintura. Busqué algo de ropa y me cepille los dientes. 

Bajé por algo de comida, ya que mi estomago pedía desesperadamente por lo menos una galleta.

Me serví jugo de naranja e hice tostadas con dulce de frutilla. Desayuné tranquilo mientras veía televisión.

-¿Justin?-una tierna vocecita me llamaba desde el pie de las escaleras.

Levanté la mirada para encontrarme a Jazzy toda despeinada mirándome.

-Hey pequeña.-me levanté de la silla para ir por ella.- ¿Cómo has dormido?-la tomé en brazos. Besó mi mejilla.

-Bien.-me sonrió aun adormilada.- Tengo hambre.

-Bueno.-dije cargándola hasta la cocina.- ¿Qué quieres desayunar?

-Una leche con chocolate y galletitas.-me sonrió mientras la sentaba sobre la mesada.

Preparé el desayuno de Jazzy y la deje comiendo sola, tenía que subir a ver si Jaxon aun dormía.

Entre a mi habitación y la cama estaba vacía, supuse que el estaría en su habitación.

Tomé mi celular y vi “1 llamada perdida” “2 mensajes”. La llamada pertenecía a ______ y los dos mensajes de seguro también.

****

Justin, necesito hablar contigo.

De: _______

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Cuando leas este mensaje llámame, por favor.

De: _______

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Me preocupó que los mensajes habían sido con solo 6 minutos de diferencia. Sin dudar un segundo más marqué su número. No me respondió. Marqué nuevamente pero tampoco respondió.

¿Qué le habría pasado?