Capítulo 17.

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Gavan se fue tan pronto como llegó.

No dijo nada más simplemente me miró a los ojos una última vez y se fue.

Estaba muy confundida.

¿Por qué me dijo eso antes de besarme? ¿Era una despedida? ¿Iba a volver a América? ¿O es que simplemente no me quería volver a ver?

Demasiadas preguntas y ninguna respuesta.

-¡Annie!- oigo a mi hermana al compás del ruido de una puerta al abrirse.- ¿Quién ha venido?

-Era la cartera.- miento descaradamente.

-Tenía voz de hombre.

-Bueno, ya sabes que nuestra cartera tiene una voz muy grave.

Rose no parece convencida pero no hace más preguntas. Se va a la cocina y prepara su cena.

-Annie.- se oye su voz desde la cocina.

-¿Qué?

-No queda leche.

Mierda.

-No te preocupes, ahora voy a comprar.

Por suerte la señora Camiruaga ya me había dado mi sueldo con lo que por ahora tendría para comprar leche.

Cojo un billete de debajo de la cama y salgo de casa. Hay una pequeña tienda de ultramarinos cerca del parque.

-Hola Annie.

-Hola Rosa, ¿qué tal estás?

-He tenido momentos mejores. ¿Qué te trae por aquí?

-Necesito leche.

-Está bien, aquí tienes.

Le doy el billete y se dirige a la caja.

-Por cierto, ¿qué tal está mi princesa?

Por su princesa se refiere a Rose, la quiere mucho.

-Está bien.

Me devuelve el dinero y rápidamente sé que me ha dado de más.

-Rosa, me has dado mal el cambio.

-Es un descuento de la casa, ya sabes.

-Muchas gracias.

-Hasta pronto.

Al volver a casa, veo a lo lejos un grupo de soldados. Me acerco cautelosamente intentando no llamar su atención y entonces veo a Gavan entre los demás soldados y siento como mi corazón se hunde. Él también me ve pero se gira evitando mi mirada.

Entonces no estaba del todo equivocada, hizo eso para no volverme a ver.

¿Cómo se atreve?

Siento como la rabia crece por mi cuerpo como si de fuego se tratase, me doy media vuelta y salgo de allí.

Aligero el paso hacia casa intentando de dejar de pensar en Gavan.

Ese chico me está volviendo loca.

Y por si fuera poco es un soldado de Estados Unidos. Me gustaría saber que opinaría mi madre sobre esto, sé que ella no se dejaría llevar por la política ella pensaría con el corazón.

Al volver a casa le preparo la cena a Rose y  a Matt. En ese momento decido ir la mañana por la mañana a hablar con Alfonso para intentar que me devuelva el diamante aunque sé que es imposible.

De repente suena el telefonillo haciéndome parar de pensar en mis problemas.

-¿Sí?

-Soy Noe.

El Soldado Del VientoWhere stories live. Discover now