6. Una nueva manada

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Mi corazón comenzó a latir con fuerza y mis ojos se volvieron azules sin poder controlarlos. Miles de preguntas se formaban en mi mente en tan pocos segundos que algunas de ellas ya tenían incluso respuesta una vez pensadas. Mi pelo se me erizó a la vez que mis latidos nombraban más sangre por segundo. Nunca sentí algo parecido; era como cuando sentías miedo, solo que este sentimiento no era miedo... Era algo indescriptible.

Me miró con vergüenza y yo me acerqué a ella con intención de acariciarla para tranquilizarla. Al momento de ir pude ver la sorpresa en sus ojos, la sonreí y posé mi mano sobre el morro. Mía no sabía que era como ella.

Ésta la aceptó aún confundida por mi reacción.

-Date la vuelta.- Dije rezando por qué una vez de espaldas a mí no se le ocurriese mirarme. Ella me miró confundida.- Solo hazlo.

Una vez de espaldas a mí rápidamente me deshice de mi pijama para no dañarlo. Me di yo también la vuelta por si decidía mirar que al menos solo me viera la espalda (No quería arriesgarme). El sonrojo subió hasta llegar a mis mejillas y antes de que se diese cuenta yo también me deshice de mi forma humana.

Una vez terminada me giré y la vi con mis ojos aún conservando su tono azulado. Se paseó al rededor mío analizandome y comprobando si era yo la Omega del bosque. Su mirada se paró en mis patas traseras, el pelaje no cubría las cicatrices, tanto la del disparo como las del "accidente".

-Ayer... ¿Me reconociste?- Se pensó su respuesta unos instantes hasta que negó con la cabeza.

-No, solo noté un olor parecido, no sabía que eras tú...- Nos quedamos unos segundos más en silencio, asimilando lo que estábamos presenciando las dos.- Perdona por lo del pijama.

Miré a la cama, encima de ésta efectivamente estaba mi antiguo pijama destrozado.

-No te preocupes, era ya muy viejo...

Ambas nos quedamos en silencio algo incómodas. Me quedé pensando, ella era una Alfa. Siempre pensé que solo los machos podían ser Alfa. Aún no llegaba a asimilar que Mía era una licántropa, y creo que a ella también le pasaba lo mismo.

-¿Mike y Lily lo saben?- Dije refiriéndose a nuestra raza.

-No no, no quiero saber lo que pasaría si lo descubriesen.-Noté que ella estaba algo inquieta.- ¿Es por la Luna llena, no?

-Sí... Mis padres también se deben haber despistado con las fechas, tenían apuntado que no habría hasta dentro de cinco días.

De nuevo aquel incómodo silencio, aunque esta vez creo que no fue para tanto. Ambas nos quedamos mirándonos. Aquel pelaje oscuro negro y gris, y aquellos ojos, me tenían hipnotizada...

-No sé si es demasiado personal, pero... ¿De verdad esa cicatriz es por un accidente?

-No...- Suspiré- Es largo de explicar, de hecho ni yo me acuerdo bien de lo que pasó. Solo me acuerdo que los cazadores encontraron a mi familia cuando estábamos en nuestra forma de lobos, mataron a todos y a mí me hirieron, después de eso Mike me encontró en medio de la carretera en mi forma humana.- Se quedó callada, sin saber que responder ante ese relato.

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Ambas salimos del edificio con muchísimo cuidado de que no nos vieran ni oyeran. Una vez en el exterior corrimos como dos pequeños cachorros.

Mía tuvo la idea de ir a las afueras de la ciudad, un poco bosque a través y ya aprovechar que nos habíamos desvelado a pesar que dentro de unas horas tendríamos que ir al instituto, además así nos podíamos calmar un poco.

Querida Alfa [COMPLETO] {1}Where stories live. Discover now