O C H O

1.7K 174 4
                                    

Séptimo mes

Rápido, llegamos tarde– apura el castaño a su pareja.

– Tranquilo, llegaremos igual.

Tenían otra revisión con el doctor en diez minutos y ya deberían estar, pero allí estaban, saliendo de un McDonald's porque al azabache se le había ocurrido comprar una Nuggets a las 10 de la mañana.

– Oye, Jiminnie– llama recibiendo la atención del mayor– creo que he engordado.

Jimin tras escuchar esto suelta una risita pero se calla rápidamente para no hacer sentir mal al sensible de su novio.

– Te ves bien.

– Ya lo sé, pero igual he engordado.

Nuevamente el castaño se calla para no llevarle la fo tea a su pareja embarazada.

Unos quince minutos después ya estaban entrando por la puerta del hospital, y cinco después estaban siendo recibidos por el doctor.

– Doctor Jung, es un gusto– saluda el azabache con un aura de confianza.

– Buenos días. ¿Están listos para ver a sus bebés?

La joven pareja asiente mientras se dirigía a la camilla donde hacen el mismo procedimiento de siempre.

– Bien, ahí pueden observar que uno de los bebés se encuentra chupando su dedo– sonríe tras la tierna imagen– se encuentra muy bien, de verdad– Jungkook asiente tranquilo y feliz– ¿Saben cómo se llamarán?– pregunta mientras observaba al otro bebé.

– Sí, uno se llamará Ziro y el otro se llamará Daren– comenta emocionado el embarazado.

Cuando el azabache se encontraba hablando sobre sus bebés, cosas que sintió o pensó para ellos, Jimin pudo observar que el Doctor fruncía el ceño de vez en cuando y miraba atentamente a la pantalla.

– ¿Doctor todo esta bien?– se animó a preguntar interrumpiendo a su pareja quien confundido miró al doctor.

– Este...– traga saliva y comienza a limpiar el estómago con gel de Jungkook– vamos a tomar asiento, debemos hablar de unas cosas.

Segundos después los dos ya se encontraban sentados frente al doctor siendo dividía dos por un escritorio.

Jungkook sentía su corazón palpitar fuerte en su pecho. Intentaba, fallidamente, tranquilizarse para no pasarle los nervios a sus bebés. Pero claramente no lo conseguía. El rostro del doctor y la preocupación de su pareja lo alertaba cada vez más.

¿Todo estaba bien con sus pequeñitos?

– ¿Podría- podría decirnos lo que sucede, doctor?– susurró.

– Verán, recién cuando revisaba a sus bebés pude notar que uno de ellos no se encuentra totalmente desarrollado para los meses en los que se encuentra– comienza– podría recetarte algún medicamento para que ayude al desarrollo de tu bebé, pero no lo puedo hacer porque podría dañar al que se encuentra bien.

Jimin y Jungkook quedan impactados por lo que el doctor acababa de decir. ¿Por qué derrepente les sucede esto? Todo iba bien ¿Qué hicieron mal?

– ¿Y-y esto que clases de complicaciones traería?– pregunta Jimin.

– Puede ser que el bebé llegue a desarrollarse a tiempo, todavía quedan dos meses después de todo. Podría ser que naciera con alguna discapacidad, pero especifícame no lo sé, hay muchas posibilidades.

¿No era doctor? ¿No se suponía que era profesional y sabía sobre lo que podría suceder?

En verdad el doctor sabía, sabía cada cosa que podría sucederles a sus bebés, pero no es correcto darle miedo a un embarazado. Podría hablar por privado con Jimin, más con Jungkoook era bastante peligroso en muchos sentidos.

– ¿Y qué puedo hacer, doctor? No puedo tomar algún medicamento, y yo desde mi posición no puedo hacer nada para ayudar a mi bebé. ¿Qué hago?– Jungkook comenzó a desesperarse– por favor doctor, ¿Qué puedo hacer por él?




Un par de horas después la pareja ya se encontraba entrando por la puerta principal de su hogar. El aura que rodeaba a ambos era demasiado triste, se notaba a leguas.

Cuando ambos se despojaron de sus abrigos, el menor subió a la habitación de los dos y se encerró.

Allí dentro de sentó en el borde de la cama mientras observaba la punta de sus impecables zapatos.
Allí fue donde su mente rebobinó la noticia. Donde cada palabra que el doctor soltó y cada miedo que de él surgía rebotaban en su mente como una mismísima tortura china.

De un momento a otro sus manos comenzaron a cosquillear, sudar y temblar sobre sus rodillas, su labio inferior y mandíbula temblaban también. Sentía un creciente nudo en la boca de su estómago comenzar a formarse y su vista empañarse. Fue allí, y sólo allí, donde se rompió y soltó cada una de sus preocupaciones en forma de sollozos y gemidos lastimeros. ¿Qué había hecho mal?

Por otro lado, fuera de la habitación se encontraba Jimin, con la frente y puño apoyados sobre la puerta de madera, escuchando los sollozos de su pareja que poco a poco se fueron mezclando con los propios.

Cortos segundos después la puerta se abre dejando a la vista al pálido chico. Su nariz, mejilla y ojos se encontraban enrojecidos. Los ojos brillando en lágrimas y temblando como si se encontrase mojado y perdido en un jardín en plena nevada de invierno. Así se sentía; perdido. Incapaz y con un sentimiento de terror total.

Ambos así estaban, ahora, con el azabache abrazando su estómago donde yacían sus bebés, y Jimin abrazando a su pareja y bebés, sus tres personas más amadas.
Ambos así estaban, mezclando el momento de miedo que sus corazones emitían, y ambos corazones golpeando contra el pecho del otro en sintonía.

Only nine monthsWhere stories live. Discover now