Flores para la Princesa

Solo Bésame

La gala por fin término, pero se termino tan tarde que me resultó imposible decirle a Becca que se fuera ya que es peligroso que una señorita salga sola a la calle en medio de la noche...o al menos esa fue la excusa que les puse a mis padres y ellos accedieron en total acuerdo conmigo.

Princesa, ¿Quiere que arregle una de las habitaciones de invitados para la señorita? -pregunto una de las empleadas de el castillo-

No, vamos a dormir en mi habitación...solo necesito que lleves lo necesario para su estancia aqui por favor -asintio y se alejó rápidamente-

No es necesario que me quede en tu habitación -dijo la rubia-

Pero yo quiero que te quedes conmigo -sonrei-

Tome el brazo de la rubia y así subimos a mi habitación, al entrar ella observó cuidadosamente los arreglos de flores que había por todo el cuarto.

Son hermosas...-dijo acariciando los pétalos de las rosas moradas que me trajeron esta mañana-

Si, la verdad es que me encanta este color -la rubia me regalo una sonrisa dulce- se que esto puede sonar extraño pero...¿no sabes por que dejo de enviar cartas?

No lo he visto desde él día que fui contigo a Pringville -admitió seria- ha estado haciendo los pedidos de las flores por internet...no tengo ni idea de donde se metió -se acerco a mi y puso sus manos en mis cintura-aunque no debería preocuparte...de esa forma tienes tiempo para poder decirle que ya no quieres nada con el

Aún me asusta hacerlo -afirme seria- sencillamente el no se lo merece...

No pienses en eso -acaricio sutilmente mi mejilla- esta totalmente hermosa, princesa...-afirmo con una sonrisa dulce en los labios-

Gracias, tú también estas preciosa -retire un mechón rubio de su rostro- ¿Sabes? bailar contigo fue lo mejor de la noche...-Sonreí ligeramente- 

Yo pienso lo mismo...-rozó sus labios con los míos sin besarme- ¿Quiere saber algo? -asentí lentamente- me tiene en una especie de trance...no puedo pensar correctamente si estoy cerca de usted y eso jamás me había pasado con alguien, es como si solo su preciosa presencia pudiera causar estragos en mi...es usted una mujer sumamente especial, alteza -alejo mi cabello de mi hombro y depósito un beso efímero en él- vuelve loco a todo aquel que la conozca...incluso los que no saben como es detrás de esa pinta de chica perfecta terminan embelesados de su perfección divina -suspire dejando que sus palabras me endulzaran el pensamiento- 

Eres demasiado dulce -acaricie su rostro con una de mi manos- siempre sabes exactamente qué decir para arrancarme suspiros embelesados...

Es que usted me vuelve una romántica sin remedio...-me mordí el labio reprimiendo una sonrisa boba- estoy incondicionalmente enamorada de usted, bella Orianna 

¿Que dijiste? -pregunte sorprendida al oírla decir lo que tantas veces escribio el admirador a manera de despedida-

Qué estoy incondicionalmente enamorada de ti -dijo seria- ¿Te molesta que lo diga? -enarco una ceja-

No -suspire- es solo que me dijiste de una forma en la que sólo me decía el admirador...-recargue mi rostro en su hombro-

Pues el no es el único que puede decirte de esa forma -afirmó seria- debes dejar de pensar en el...

Lo sé, lo sé -unos golpes en la puerta nos interumpieron- ¿Si?

Princesa, le traigo las cosas que pidió para su invitada -me aleje de la rubia y caminé hasta la puerta-

La empleada trajo una pijama y artículos de higiene personal para Becca, después de que la chica se fue ambas nos quedamos en absoluto silencio...pero esta vez sí que era uno incómodo, la rubia entro a el tocador para preparase para dormir mientras que yo me sentaba en mi tocador para desmaquillarme. No sé qué me pasa...tal vez sí debo dejar de lado todo ese tema de el administrador por qué siento que le estoy haciendo daño a Becca y sinceramente eso es lo que menos deseo. Una vez termine de quitarme todo el maquillaje y lo demás escuché su preciosa voz...

Orianna...-voltee rápidamente a ver a la rubia, lleva puesta la pijama, ya no está maquillada y su peinado tampoco sigue ahí-

¿Qué pasa? -pregunte bastante embelesada por su belleza-

¿Quieres escuchar música conmigo? -me regalo una sonrisa preciosa a la que yo correspondi-

Ven aqui...-se acerco rápidamente a donde yo me encontraba, me puse de pie y la mire fijamente-

¿Pasa algo...? -se mordió ligeramente el labio inferior-

Es que..eres demasiado hermosa -rei ligeramente- y yo...bueno... quisiera...

Solo bésame -dijo divertida-

Puse mis manos en su rostro y la besé...¡Jamás me cansaría de besarla! Sus labios son suaves, dulces y ella besa de maravilla, nunca pensé que besar a alguien sería una experiencia tan magnífica como la que estoy pasando en este momento y tal vez es por qué siempre pensé que me casaría sin estar enamorada...pero Becca llegó para cambiar mi forma de ver las cosas, ahora pienso que tal vez sí voy a estar enamorada de la persona con la que me casé...y qué tal vez, solo tal vez esa persona sea la chica rubia que ahora mismo tiene sus labios sobre los míos. Estuvimos despiertas un rato pero después me quede dormida mientras abrazaba a Becca, en la mañana desperté con su cabello cubriendo mi rostro y su cuerpo sobre el mío.

Becca...-la llamé pero ella solo se removió un poco liberandome de la prisión que formo sobre mi- 

Me levanté y empecé con mi rutina diaria esa donde el resultado final es una princesa perfecta, trajeron las flores de hoy y de nuevo la nota brilló por su ausencia, salí de mi habitación encontrandome con Mili...

Hola -beso mi mejilla- ¿Cómo dormiste?

Bastante bien -afirmo sonriente- oye, hoy iremos a ver los detalles de mi boda...¿Quieren venir?

¿Quienes? -pregunte confundida-

Becca y tú -dijo como si fuera obvio-

¡Ah! No lo sé...yo sí voy pero debo preguntarle -sonrei-

De acuerdo -sin decirme más se alejó y yo decidí regresar a mi habitación para preguntarle a Becca si quiere ir conmigo-

Cuando llegue a mi habitación la rubia estaba sentada sobre la cama con el cabello alborotado.

Buenos días, rubiecita -me acerque a besar sus labios y ella correspondió-

Holi...-dijo sonando sumamente tierna-

¿Quieres salir conmigo? -pregunte seria-

¿A dónde? -pregunto sonriente-

Iremos a Italova para organizar algunas cosas de la boda de mi hermano -suspire- ¿Vienes conmigo?

¡Claro! -beso mi mejilla- ¡Otro viaje con mi princesa! -aplaudio de forma infantil-