Flores para la Princesa

Eres una hermosa novia...-afirmo mi madre con cierta melancolía- se que tu padre hubiera dado todo por estar contigo hoy

Lo sé, mamá -sonreí ligeramente-

También se que esto no es lo que tú quieres...-la mire tratando de contener las lágrimas-

Jack es un buen chico...es muy dulce y me trata muy bien -suspire-

No dije que no fuera así -tomo una de mis manos- es solo que cuándo lo miras tus ojos no brillan como lo hacían cuando mirabas a Rebecca...

Escuchar su nombre me resultó un golpe duro; desde que anuncie mi compromiso con Jack hace dos meses nadie se había atrevido a mencionar su nombre...más que nada por qué saben que no soporto estar lejos de ella.

No quiero hablar de ella, madre -suspire pesado-

Está bien...iré a recibir a los invitados -asenti-

Ella se fue dejándome sola con el caos que se volvió mi mente desde que firme ese acuerdo. Las cosas durante este tiempo han sido tranquilas; los problemas con Galimore quedaron resueltos en cuanto anuncie mi compromiso, Jordan y Milán están bien con su matrimonio, Elena acaba de conocer a un chico de el pueblo que parece sacar lo mejor de ella, mi madre poco a poco ha ido superando la muerte de mi padre y yo...bueno, yo estoy intentando seguir con mi vida; la verdad es que Jack es un gran chico, es muy dulce y amable...si no fuera por qué mi corazón le pertenece a alguien más y por mi orientación sexual estoy segura de que no seria problema enamorarme de el; en cuanto a Becca...de ella no he sabido nada desde el día en que terminamos, la florería sigue abierta todos los días según lo que me ha dicho Jordan, pero ella ya no está trabajando ahí y la verdad me duele un poco que de la nada haya desaparecido. Tocaron la puerta, grite un adelante y Elena entró a la habitación lo cual agradecí enormemente para poder dejar de torturarme.

¡Pero que novia tan linda! -gritoneo mi hermanita-

Gracias, Lena -sonrei-

¿Cómo te sientes? -pregunto-

Estoy nerviosa...quiero que esto termine de una vez por todas -afirme seria-

De pronto la puerta de la habitación se abrió, entro una figura de vestido rosado que sostiene un enorme arreglo de rosas negras.

¡Hey! ¿Me pueden ayudar? -pregunto Mili-

Elena fue a ayudarla mientras yo veía el arreglo con cierto recelo...la verdad no esperaba recibir rosas negras en un día como hoy.

¿Son para mí? -pregunte confundida-

Así es -dijo sonriente- y esto también...-me entrego un sobre negro-

Negro...¿Por qué negro? -ellas me miraron igual de confundidas-

Abrí el sobre, saque la hija que está contiene y mi mundo se detuvo...

«Mi bella Orianna, hace tiempo que no escribia una carta para usted y admito que esto me está resultando muy complicado. El día de hoy va a casarse con ese príncipe y no le mentire, tengo el corazón destrozado por qué solo puedo ser una espectadora de su union con el; lo peor de todo es que se por que esta haciendo esto...he notado a los guardaespaldas que me siguen de forma discreta vigilando que yo esté a salvó y no se cómo sentirme al respecto por qué desearía poder odiarla, princesa...desearía que este profundo dolor se convirtiera en odio puro para poder dejar de sufrir cuando veo una foto suya en los brazos de el, pero lo cierto es que el dolor no se irá y tampoco se volverá odio por qué ese dolor es causa del gran amor que le profeso, pero sorprendentemente he encontrado la forma de transformar ese dolor y ese amor en furia, usted sabe de lo que es capaz una persona herida por amor ¿No, princesa?