Nuevα mαnαdα ☆ | ¡kooktae! [EN CORRECCIÓN]

•Es tu hijo•

Capítulo dedicado a @Nexigamer , espero que te guste!!

acuérdense que pueden pedirme que les dedique capítulos bros

dejar de leer nueva mamada en vez de nueva manada, challenge: failed.
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Sus rodillas tocaban la tierra y algunas molestas hojas tapaban su vista.

Se encontraba detrás de un arbusto observando hacia el patio de la casa, donde cierto rubio se encontraba practicando su canto, una suave melodía bien entonada salía de su boca, dejando maravillado al peliverde.

El susodicho acompañaba su canto con unos leves movimientos, pacíficos, dejándose llevar por el leve viento que chocaba contra su rostro, sintiendo sus pies descalzos contra el fresco césped, su ropa holgada lo hacía sentirse mucho más cómodo y libre, amaba dejarse llevar de esa manera.

Y cierto peliverde, amaba verlo así, le transmitía confianza que otra persona se mostrara así, más si era él.

—¿Qué haces?—sintió como alguien se arrodillaba a su lado, reprimió un grito asustándose y levantó su cabeza accidentalmente chocándola con una campana que estaba en la pared.

—¡Jeon, idiota!—susurró.

—Oh, lo siento—se disculpó aguantando una carcajada que peleaba por salir de su garganta.

El peliverde volvió su vista hacia el patio viendo como éste se encontraba vacío.

—Demonios—maldijo.

—¿Y que hacías?—Jungkook sacó su celular de su bolsillo y comenzó a usarlo—mensajearse con Taehyung—estirando sus piernas y sentándose contra la pared.

—Pues, nada, mirando las hojas—rió nervioso tomando una.

El azabache alzó su mirada enarcando una ceja.

—¿Hojas...?

—¿Qué demonios hacen?—otra voz se sumó.

Yoongi levantó su mirada encontrándose con Jimin mirándolos fijamente, tragó saliva sintiéndose completamente nervioso.

—Eh, yo...—rascó su nuca.

—Yo me voy—Jungkook se levantó sacudiendo la tierra de su trasero y se dispuso a irse pero la voz del rubio lo frenó.

—Espera—se giró observándolo y levantó las cejas en señal de que lo estaba escuchando—¿Por qué estaban mirándome?—sus mejillas se tiñieron de un leve rosado.

—Yo estaba pasando por aquí y vi a Yoongi arrodillado, nisiquiera sabía que estabas aquí...—rió un poco incómodo.

—Oh...—rascó su brazo.

—Bueno, adiós—movió su mano volviendo a darse media vuelta para luego seguir con su camino—que lo llevaba a encontrarse con Taehyung para su día de fotografía—.

—Eh, sí, yo también me voy—trató de levantarse pero su cabeza volvió a chocar contra la campana.

—Yoongi, ¿Qué hacías mirándome?—suspiró.

—¿Yo...?

—Ya deja de darle vueltas al asunto.

—Lo siento, no debí hacerlo pero me gusta mucho oírte cantar y verte bailar—susurró bajando su cabeza.

—Oh—abrió sus ojos algo sorprendido—¿gracias?

—No lo volveré a hacer.

El rubio se cruzó de brazos observándolo detenidamente, sintió un cosquilleo dentro de él y cayó en cuenta de la fecha en la que se encontraban.