•Celo•

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Taehyung entró en la gran casa acompañado por los dos alfas y el omega.

Visualizó el interior, Woojin dormía tranquilamente en el sillón, leves ronquidos salían de su boca entreabierta.
Baekhyun jugaba al ajedrez en la mesa de la cocina contra Wheein, Hyunjin lavaba una taza que supuso que la había usado recientemente, Rosé tenía en su mano un lápiz y una libreta en la cual estaba dibujando algunos garabatos para reducir su aburrimiento.

Por la ventana se podía ver a Hyuna en el jardín sentada tomando aire fresco, con Seungmin y Jeongin a su lado.

—¿Seguro que te encuentras mejor?—escuchó al azabache preguntar a su lado, sonrió de lado por su amabilidad y preocupación.

—Estoy bien—el pelinegro simplemente olfateó su aroma sintiendo un atisbo de cansancio en él.

—Deberías descansar.

—Eso haré—observó como Minho y Jisung se acercaban hacia el arcade de ajedrez para observar—gracias de nuevo Jungkook.

—No tienes que agradecerme—sonrió tiernamente—de verdad me alegra que estés bien.

—No es sólo agradecerte por lo de hace un rato—hizo una pausa y observó los brillantes ojos de su acompañante, podía ver galaxias impregnadas en aquellos oscuros orbes—sino por todo lo que tú y tu familia han hecho por mi, por mi familia, no sé como agradecerlo.

—¿Qué tal yendo a descansar y prometiéndome que vas a cuidarte?

El castaño sonrió, dejando a Jungkook deleitado con aquella sonrisa geométrica.

—Sólo si tu haces lo mismo.

—Trato hecho—rió—nos vemos luego.

Se despidieron y Taehyung suspiró sonoramente dejándose caer en una silla, atrayendo la atención de Hyunjin, quien había terminado de lavar la cerámica.

—¿Del uno al enamorado que tal te tiene Jungkook?

—¿Qué dices tonto?—se sonrojó levemente y se levantó de su asiento para irse escaleras arriba.

—¡Tengo ojos Tae!—oyó el grito de Hyunjin desde la planta de abajo.

Subió el último escalón y un fuerte olor a naranjas frescas le golpeó en absolutamente todo el rostro.

Frunció el ceño de sobremanera y siguió el olor con su olfato, quedando frente a la puerta de Jimin.

Tocó esta suavemente.

—¿Jimin?—escuchó un quejido desde el interior y volvió a tocar un poco más preocupado—Jimin soy yo.

Luego de unos segundos en los que no tuvo respuesta, decidió tomar el pestillo y abrir éste. El olor se intensificó mucho más cuando entró en la habitación, por lo cuál arrugó su nariz.

Observó como su rubio amigo se encontraba en posicion fetal tirado en su cama, con ambas manos en su vientre, su cara estaba sudada y tenía un rastro de cansancio.

Momentáneamente que lo vió, supo lo que ocurría. Su amigo estaba entrando en celo, aquella etapa que los omegas tenían que traspasar a cada tres meses, la cual duraba tres días y era una etapa muy, muy acalorada.

Rápidamente cerró la puerta y se acercó hacia su acalorado amigo.

—T-Tae—susurró—me duele...

—Tranquilo—sobó su cabeza lentamente tratando de que su dolor se apaciguara al menos un poco—te conseguiré supresores ¿Sí?, ¿Por qué no tomas una ducha?

Nuevα mαnαdα ☆ | ¡kooktae! [EN CORRECCIÓN]Where stories live. Discover now