James y Jane viajan en el tiempo II

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—¿Alguien puede explicarme qué demonios pasó aquí?

La voz de James Potter del pasado se escuchó por encima de todo mientras con sus manos intentaba hacer llegar aire a su amigo aún desmayado y miraba de reojo la urgencia con la que aquella chica de peculiar vestimenta se dirigía al chico no tan diferente para sanar sus heridas con hechizos que nunca había escuchado.

—¡Canuto, despierta! —exclamó permaneciendo en la misma posición— ¿¡Qué le hiciste a mi amigo!?

—Relájate —susurró Jane aún concentrada en su hermano— solo estará inconsciente unos minutos más.

—¡Minutos que podrían costarle la vida!

—¿Ah sí? —preguntó esta vez con el ceño fruncido— ¡Fue tu amigo el que atacó a mi hermano! Solo mira cómo tiene el brazo.

James entonces relajó el semblante para observar al hombre herido y con una expresión indignada volvió a ver a Sirius que no tenía ni un rasguño importante.

—Bueno, los accidentes pasan —intentó justificarse— ¡Canuto!

Exclamó el chico de la nada para anunciar a su recién despertado amigo y Jane ayudaba a James a sentarse en una de las rocas del bosque para que pudiera descansar la pierna. Ambos hermanos vieron cómo su joven abuelo se lanzaba a los brazos de Sirius mientras este lo empujaba con molestia y diversión.

—¿Qué demonios hacían aquí? —preguntó Jane cuando ambos dejaron de jugar.

James y Sirius intercambiaron una mirada en la que discutían de manera mental la posibilidad de decir la verdad o inventarse una escapatoria, ambos se encogieron de hombros sin tener una respuesta.

—Los seguimos —respondió James finalmente.

—Eso es evidente —contestó ella— ¿por qué lo hicieron?

—No lo sé —se encogió de hombros— no es normal encontrarse a un auror y a una jugadora de las Arpías en una escuela, es algo sospechoso si me lo preguntas.

Jane y James intercambiaron una mirada, no podían reprocharle nada al haber dicho una absoluta verdad, lo cierto era que si ellos estuvieran en su lugar habrían hecho lo mismo, tal vez la locura y pasión por la aventura sí venía de familia. Jane suspiró sin poder quejarse y después de intercambiar una mirada con su hermano, cambió la expresión de su rostro por completo pensando que tal vez esa era una oportunidad única de convivir con su abuelo y el padrino de su padre.

—Soy Jane —dijo luego de un suspiro de rendición— y él es James.

Ambos chicos sonrieron al ver que estarían libres de problemas y asintieron mientras intentaban aprenderse sus nombres.

—Yo soy Sirius —dijo rascándose la parte trasera de su cabeza e intercambiando una mirada culpable con James S.— Lo siento, viejo, creí que eras un lobo real.

—Está bien —respondió restándole importancia.

—Bueno, como nadie va a presentarme, yo soy James —intercambió una mirada con su tocayo— pueden llamarme Cornamenta.

Los hermanos asintieron como si no supieran ya sus identidades y James se tocó el hombro adolorido mientras veía a los chicos.

—¿Vamos a hablar del hecho de que ustedes son animagos?

—No si ustedes quieren hablar el hecho de que también son animagos —respondió Sirius.

—Nosotros somos animagos registrados.

Jane y James [LGJS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora