Reglas

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Se paseaba por la habitación con un cuadernillo entre manos, estaba serio y decidido, ni siquiera mostraba signos de inmutarse por el afligido y preocupado rostro de su novio sentado sobre la orilla de la cama.

Edd alzó el dedo pulgar y volteó firmemente hacia Matt mientras lo apuntaba, el segundo pegó un sobresalto ante tal repentina acción.
- Regla uno.- inició dictando el castaño, aún con la atención en las hojas que sostenía.- No tocarás mi culo en público ni me darás nalgadas fuertes. En público.- recalcó entre dientes. Ambos sabían por qué.

- Owww...-

- Nada de "ow" Matt. ¡La última vez pegué un grito que parecía sacado de película! ¡Me pegaste un susto...! Ni siquiera entiendo como es que aún te ven cara de santo.-

- Perdón, pero sabes que tú trasero es lindo, Edd. Imposible resistirse.-

- Puedes hacerlo en casa, en fin. Presta atención, aquí va la regla número dos. ¡No morderás ni dejarás mi cuello lleno de marcas!- Esta la dijo con ganas, ¡esa zanahoria no parecía controlarse durante sus momentos de pareja!

- Pero Edd... se ven bien. ¡Así todos sabrán que eres mío!- reclama cruzándose de brazos e inflando sus pecosas mejillas, bastante infantil a decir verdad.

- ¿Y no te basta con que te presuma en todos lados?- rió este.- Te quiero Matt, muchísimo, pero no puedo andar luciendo el cuello así, y menos las piernas, sabes bien que cuando hace calor vamos a la playa con los chicos... ¡Por culpa de tus extraños gustos tuve que decir que me ha mordido un perro!- Se llevo la mano a la sien y agachó la cabeza por un momento ante el recuerdo, estaba aguantándose la sonrisa para no darle algún indicio a Matt de querer reírse, sabía que si lo hacía ya no podrían tomárselo en serio.

El peli naranja se cruzó de brazos mientras rodaba los ojos, se le escuchó soltar un "psss" bastante desganado.- No puedo creerlo, que yo recuerde tú fuiste el que me rogaba porque te mordiera. Yo no soy el raro, ambos lo somos, bastante, no me vengas con cosas. Continúa con tus reglas raras, un poco más y esto es dictadura de pareja.-

- ¡Ja! No seas exagerado, estoy poniéndote limites.- Edd se acercó a su novio y tomó asiento sobre sus piernas, dejando un dulce y cariñoso beso en la punta de la nariz de Matt.- regla tres. Esta es buena, nos favorece a ambos mnh.- subió y bajó las cejas, abrazándolo por el cuello.

- ¿Ah si? ¿Y qué dice, "sacar a pasear a Matt y comprarle helado todos los miércoles"? O algo como... ¿"Sexo de película ultra censurado y sin chupones"? Pienso que le quitas lo divertido.- se le escuchó gruñir. La carita de ángel que tenía le hacía pasar desapercibido, Matt era otra persona cuando estaba con Edd, este último parecía ser el único que lo conocía de verdad.

Antes de que el dibujante continuara hablando le dió un beso en los labios a La zanahoria y acabó por apoyar el mentón sobre su hombro con tal de continuar la lectura.
Carraspeó.
- Bien, señor quejas. Aquí va la tercera: Debes mimar y abrazar a Edd todos los sábados por la mañana.-

- Pero si eso ya lo hago...-

- No es cierto, aveces duermes mucho.-

-¿Olvidas que trabajo?.-

- ¿Olvidas que tienes novio?.-

- Bien.- 

- Bien.-

Un suspiro escapó de los labios de Matt antes de resignarse y cerrar los ojos, claro que no le gustaban las reglas (descartando la última) pero admitía que tocar el culo de Edd era algo inevitable; era suave, un poco duro pero a la vez tan... bueno, cosas de Matt. Este último acabó pasando sus manos por la cadera del castaño para corresponder finalmente a ese abrazo.
- Entonces no me queda de otra que someterme a esta cruel dictadura.- exagera con una sonrisa amargada, quitándole el cuadernillo a Edd para dejarlo en un lugar que no estorbara.

- Qué llorón saliste, pudieron haber sido más, pero te quiero mucho como para pedirte que tú pases la aspiradora en la alfombra los domingos.- ríe bajito.
El momento iba a continuar con el ambiente romántico y tranquilo, al menos hasta que sintió las manos de La zanahoria alrededor de sus muslos.- Qué te he dicho... -

- Dijiste en público.- se burló este, dejando dulces y sonoros besos sobre la regordeta mejilla del dibujante.- Tú me quieres mucho, ¿verdad que si Eddie?.-

- Ajá...-

- Entonces déjame tener las manos sobre tus preciosas y cálidas nalgas, que las tengo heladas.-

- ¡Pfff, se ve que si! Está bien, pero solo porque hace frío.-

Las risas continuaron por el resto de la tarde, Edd sabía que las reglas durarían  solo unos meses siendo cumplidas, o menos, porque ya había intentado antes explicarle a su (aveces torpe) novio algunas situaciones en concreto. Sabía que al final él también hacía mal al permitírselo tan simplemente, pero es que Matt era tan lindo, tan idiota, tan encantador y a la vez tan pero tan jodidamente sexy que tenía claro que estaba enamorado hasta las patas; tanto así que acababa cediendo igual.

Eran un par bastante extraño, ambos se conocían entre sí, tanto en mañas o gustos particulares. Ni Tom y Tord parecieron darse cuenta de ello, a excepción del primero que era más cercano, pero solo un poco.

En conclusión, La zanahoria no es lo que parece, un pervertido medio torpe con cara de ángel para Edd, y un idiota con simple cara bonita para otros.

Ya verá Edd qué pasa con las reglas.

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Hola.
Lo hice.
Cómo existe "Cuernos Y Cuencas" que es TordTom, varios dijeron: "WEONA HACE UNO MATTEDD".

Y acá estoy perras. 
Me gusta Matt perverso, solo es un ángel de cara, ya verán.
La mente perversa no descansa (a Margo le gusta corromper personajes, si han leído mis cortos anteriores de seguro tienen experiencia con eso.)

En fin. 
Besos💕

¡Edd! ¡La zanahoria se está incendiando!|MattEdd One-ShotsOnde histórias criam vida. Descubra agora