Capaz

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Opposite day

Matt suele fruncir el ceño, es arisco y poco demostrativo, usualmente gruñe y evita las fotografías, odia mirarse al espejo o arreglarse demasiado.

Cuando está con Edd, intenta cambiar algunos aspectos de sí mismo, quiere sorprenderlo cada día, escuchar su risa o algún halago de parte suya. Por él es capaz de volverse un oso de azúcar, sonreírle a diario o mostrarle afecto hasta con doce tipos de cámaras en frente. Porque lo quería, lo quería un montón, y Edd también, pero él no acostumbraba a demostrarlo, eran una pareja distante, solo por ello.

Un día, mientras Edd evitaba tocar a todos y mantener su espacio personal a salvo, escuchó como los chicos salían de casa, no eran más que el tímido y el alegre. Suspira cuando se siente liberado de la presencia de Tom, quien no es que le moleste, solo, aveces teme que se le lance encima para abrazarle o algo así.
Ugh, como odiaba eso.

— ¿Edd?— escuchó detrás suya, se le crispó todo el cuerpo al reconocer la voz ronca de Matt a unos pasos de distancia.

— ¿Qué pasa?.— preguntó el castaño, acercándose sólo un poco.

Cuando estaba con la zanahoria, solía hacer esta clase de cosas, como acercarse más de lo que tenía como reglamento de espacio personal.

Ahí estaba el pecoso, mirándolo con timidez, algo muy poco visto otras veces, solo por Edd, quien cuando escuchó como Matt sorbía la nariz y vio como apretaba los labios, se le achicó el pecho.

— ...Te quiero, ¿lo sabes?.— le escuchó decir, se notaba como le costaba pronunciar las palabras entre tanto sollozo.
Matt nunca había llorado frente a alguien en esa casa. Nunca.

Gould apretó los dientes, y asintió con lentitud. Oírlo llorar le sentaba fatal.

— Claro que si lo sé... ¿Por qué preguntas?.—

Matt se atrevió a dar un lento paso hacia él, uno más del que establecían las reglas que Edd había creado para su espacio personal.

Allí pudo ver las lágrimas deslizarse por las mejillas de Matt, y se le destrozó el corazón.

— ¿Me... darías un abrazo? Solo uno, y-yo prometo que será el último y...— hipó, intentando contener sus lamentos y gemidos entre pequeños sollozos. Segundos después, Matt se vio a sí mismo negando con la cabeza y retrocediendo con dificultad, arrepintiéndose de pedirle a ese favor, vamos, era Edd.

Gould solo podía mirarlo con los ojos abiertos, asustadizos y sin saber cómo reaccionar. Su cuerpo no se movía, jamás había vivido algo así junto a Matt y ahora que ocurría no se sentía preparado.

— Matt yo...—

Un movimiento de cabeza lo detuvo.

— N-no i-importa... puedo... puedo ir arriba..., perdóname.—

Así, Edd pudo verlo alejarse y huir, correr a pasos lentos, en espera de que llegara para abrazarlo. Pero Edd no es así y Matt lo sabe, aún con esto, creía qué tal vez, solo tal vez, el hombre joven y huidizo del que estaba enamorado podría correr y alcanzarlo por detrás, guiarlo en un abrazo o sólo decirle que lo quería.

Pero Edd no es así, y Matt lo sabe.

[...]

¡Edd! ¡La zanahoria se está incendiando!|MattEdd One-ShotsDove le storie prendono vita. Scoprilo ora