69 Libro de Anahí

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         Ver a una hermana besándose es el trauma más grande que una puede tener luego, claro, de ver a los padres en la intimidad... ¡KYAAA!

Mientras Junsu jugaba Final Fantasy contra su hermano Junho porque Max se había ido, pensaba en las cosas que habían pasado ese día... Ese corto día del cual todavía quedaban bastante horas como para querer descansar aún. No quería la imagen de Aranxha junto a Hero en mi mente, pero ella, en confidencia súper secreta —como lo había llamado— me confesó que a ella le pasaba lo mismo porque nos había visto a mí y a Junsu la primera vez que nos habíamos besado.

Bueno, ahora estábamos en empate por ponerlo de alguna forma, pero aun así, aun sabiendo que los besos eran algo normal en la pareja... aun así no quería que su imagen estuviera en mi mente. Era algo raro. Muy raro.

A demás, ella era la más pequeña. Uno siempre discute con los padres porque a uno la ven como bebé hasta cuando se van a casar y ahora yo lo entendía completamente. Ver a Aranxha haciéndose mujer, por ponerle un nombre, era como si me la cambiaran por otra, como si el chip que decía "Aranxha, hermana menor, de 15 años" me lo hubieran sacado del cerebro y hubieran puesto otro nuevecito, de paquete que decía "Aranxha, novia de Hero, 15 años... una adolescente" ... Tragué saliva mientras Junsu me besaba por enésima vez al derrotar en el juego de estrategias a su hermano

—¿Pasa algo preciosa? —Me preguntó.

—¿Eh...?

No despegué la vista del vacío porque sentía los ojos pesados y de sólo moverlos ya estaba cansada. Junsu se puso justo frente a mí y me hizo señas con las manos y yo lo miré pero sin mirarlo aún.

—¿Qué pasa...? —Le pregunté casi sin voz.

—¿En dónde estás? —Quiso saber él riéndose mientras ponía uno de sus dedos muy cerca de mi ojo ocular para ver si yo reaccionaba.

—Ando por la luna —Le contesté retrocediendo porque su dedo había entrado en mi ojo. Me reí para que supiera que no estaba enojada para nada. —Me dejaste tuerta, tonto.

—Tuerta o no, yo te querría igual.

—Sí, lo sé...

Junsu me abrazó muy fuerte y yo me relajé entre sus brazos fuertes. Esto era bueno, las cosas ese día no lo habían sido tanto puesto que nuestros planes se habían ido por el acueducto cuando vimos a Aranxha con Hero en pleno ataque amoroso, pero el haber hablado con Junho en la Van y haber arreglado los malentendidos y esas cosas me hacían creer que tal vez Dios pensara que estar con los chicos no era tan mala idea. Además de que no nos estábamos portando mal...

—¿Quieres hacer algo ahora? —Propuso Junsu luego de un rato.

—¿Así como qué dices tú?

—No lo sé...

Se puso a apagar los computadores y me pregunté si Junho habría salido para darnos más intimidad o algo parecido, tal y como lo había hecho Micky hace un rato.

—Pero dime, ¿qué te gustaría hacer?

Junsu apagó la última pantalla y se quedó de pie en el otro lado de la habitación con los brazos cruzados y su espléndida sonrisa pegada en la cara. Yo lo miré unos ratos, bueno ya que estaba preguntando, había un par de cositas que siempre había soñado hacer con el chico que me gustara así que si yo tenía la opción de elegir...

—Quiero cantar contigo —Dije sonriendo.

Junsu me miró unos momentos sin expresión en el rostro lo que no me dio muy buena espina, tal vez la última vez que cantamos, esa vez en el concierto cuando apenas nos conocíamos, tal vez esa vez ya contara como "mi canción con el chico que quiero" pero para mí no era así, porque si cantábamos ahora iba a ser muy diferente.

Cuatro amores [Libro 1]Where stories live. Discover now