72 Libro de Diry

6 0 0
                                    

         Las cosas estaban en su lugar, las personas en sus posiciones y todo dispuesto. Yo estaba vestida y arreglada perfectamente. Max me había pedido perdón por su comportamiento, pero le dije que lo entendía, total a mí también me había gustado. Anahí estaba sentada en el sillón junto a Xiah y a Junho mientras conversaban de cosas (me había contado lo de su "idioma por un día" y lo encontraba fantástico). Micky estaba sentado a mi lado, y junto a Max hacían una lista de las posibles reacciones de mi hermana mayor cuando llegara. La lista iba desde un ataque de histeria hasta una risa demente que la condujera directo a la locura eterna o cosas así. Aranxha me dijo que Mila bien podía reaccionar de buena manera como lo había hecho el día en que la pilló en la habitación con Jae cuando jugaban a hacerse cosquillas, ojalá fuera cierto, sería maravilloso si la comida que había preparado Hero no fuese necesaria y Mila comprendiera a Aranxha de buena manera... vale, se valía soñar, pero no tanto. Suspiré rendida.

Hace unos quince minutos Micky había llamado a Yunho para decirle que ya era hora de que regresaran y desde ese momento hasta ahora la casa había parecido llena de gente de repente, todos corriendo de un lado hacia otro, en especial porque nadie sabía dónde estaban Anahí y Xiah, la parejita apareció cinco minutos más muy rojos y notablemente felices con lo que nos quedamos tranquilos. También hubo que poner cuidado en la comida y por eso fue que mandé a Max a ordenar la mesa solamente y no trasladar los alimentos porque la primera vez que lo hizo se comió la mitad de un plato sólo en el viaje de la cocina al comedor, unos cinco segundos. Todos vestíamos algo apropiado, como si fuera navidad o una ocasión especial. Junsu había insistido en que fuera así porque según él, si Mila nos veía a todo unidos por una causa al vestir de la misma forma, se vería obligada a aceptar que las cosas no se iban a hacer como ella lo quería.

—Diry, —me llamó Aranxha acercándose a mí con un brazalete —Abróchalo, por favor.

—¿Estás nerviosa? —Le pregunté mientras le ponía el brazalete que Anahí le había prestado.

—No tanto, no entiendo porque Xiah se esmera tanto...

—Tal vez él quiere darle algo a Anahí... Listo.

—Mm —lo pensó Aranxha. –Pero no le digas a ella, estará todo el rato creyendo que Xiah le tiene algo especial y se va a desilusionar si no es así.

—Tienes razón —le dije sonriendo.

Aranxha volvió a su sitio en donde Jae ya la esperaba con una sonrisa. Aranxha le pegó en el hombro para que se corriera y le diera espacio y el chico lo hizo rápido. Mish, las cosas que lograba el amor... Hero Jaejoong dominado por una adolescente de 15 años...

—¿Por qué no llegan? —Preguntó Max a mi lado frotándose las manos.

—No estés nervioso —Lo tranquilicé. —Si todo saldrá bien.

—No está nervioso —Me explicó Xiah. —Tiene hambre.

—Cállate —le espetó Max mirando hacia otro lado.

—¿Ves? El hambre lo pone como animal. —Micky se rio del comentario de Junsu, pero le dijo que no molestara al chico.

Aún no entendía por qué había que fastidiar a Max, él no se burlaba de nadie, deberían dejarlo tranquilo.

—¡Alguien viene! —gritó Jae poniéndose de pie de pronto. Aranxha casi se cae de lo rápido que se paró el chico, pero se mantuvo con el semblante serio, parecía hasta aburrida.

—¿Estará bien lo que hicimos? —me preguntó Max a mi lado.

—No lo sé —admití. —Espero que sí...

Cuatro amores [Libro 1]Where stories live. Discover now