Capítulo 22

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Unos quejidos hicieron que me despertara.

Vi en mi reloj que eran las cuatro de la mañana, pero un lamento no dejaba de resonar en la habitación.

Cuando gire la cabeza y prendí la luz; vi que se trataba de Myles. Estaba teniendo una pesadilla.

-Quédate conmigo- Balbuceo Myles.

¿Acaso los tres hermanos Lesson eran sonámbulos? Porque estaba segura de que ya había vivido la misma situación con Ethan.

Lentamente me puse de pie para acercarme a su cama. Estaba sudado y se aferraba a las sabanas con fuerza. Como si no soportara la idea de perder algo, o a alguien.

-Por favor, quédate- Dijo Myles girando su cabeza. Algunas lágrimas se escaparon de sus ojos a pesar de estar cerrados.

-Myles- Susurre- Myles cálmate-

Vale, quizás los Lesson no fueran sonámbulos. Pero las pesadillas que tenían eran muy reales y eso era señal de que algo no andaba bien. Algo les preocupaba.

Puse mi mano en su brazo y lo sacudí con suavidad. Myles de a poco fue despertando.

-¿Edeline? ¿Qué ocurre?- Pregunto con los ojos algo hinchados.

-Tenías una pesadilla, bastante real. Has llorado- Dije sentándome en su cama.

Él también se sentó.

-No recuerdo nada-

-Si te miraras en un espejo me creerías-

-No hace falta, siento la respiración agitada-

-¿Quieres agua?-

-No. Está bien-

-Myles. En tu sueño hablaste dormido-

-Por favor dime que no dije nada vergonzoso-

-No, al contrario. Dijiste que no querías que alguien se fuera. Querías que se quedara contigo-

-Enserio no recuerdo nada- Dijo Myles frotando sus ojos.

-Hace unas semanas tu hermano tuvo un sueño parecido. Al menos él balbuceaba palabras como "quédate conmigo" y "te extraño"-

-¿Y no le preguntaste que soñaba?-

-No, la verdad no le pregunte que soñaba- Dije recordando como habíamos quedado atrapados entre las sabanas ese día.

-Solamente fue una pesadilla. Nada de qué alarmarse Edeline- Dijo Myles sonriendo.

-Tienes razón. Que descanses-

-Igual tú-

Volví a mi cama para dormir otro poco más, que en cualquier momento sonaría la alarma para indicar que el día arrancaba nuevamente.

(***)

-¿Cuándo podremos elegir nuestras armas Edeline?- Pregunto Gian ansioso mientras ataba la cinta de sus zapatillas.

-Aún no Gian. Pero muy pronto las tendrán- Dije.

-Pero es que ya han pasado dos meses y hemos entrenado muy duro desde entonces. Ya puedo dar una voltereta combinando una patada-

-Lo sé, y estoy muy orgullosa de ti-

-Todo es gracias a que eres la mejor Evolucionada de todas-

Sonreí. Adoraba a Gian como si fuese mi hermanito menor.

-¿Y cuándo vamos a desayunar?- Preguntó.

La Tormenta AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora