Chapter 16

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—Hola, chico de hielo —una jovencita se acercó hasta donde se encontraba sentado.

Jack frunció el entrecejo ante el apodo tan ridículo con el que le había llamado. La chica sonreía como tonta a su lado, llevaba un buen tiempo observándolo como una acosadora, y hace un par de minutos había decidido acercarse y hablarle, solo para molestarlo.

—Disculpa, niña ¿cómo me llamaste? —dijo lo más sereno que pudo.

Ella soltó una risita infantil, luego tomó uno de sus cabellos oscuros y lo enredó entre sus dedos. Jack esperaba paciente, la respuesta de la muchacha.

_Pues así te nombraron después del espectáculo tan increíble que nos diste en el patio —chilló, emocionada —Eres tema de hablar en este salón. Tus poderes... Son fabulosos, bueno, tú eres fabuloso.

El peliblanco no pudo evitar esbozar una tenue sonrisa de lado a lado, le agradó ver la ilusión que despedían los ojos marrones de la chica. Recordó como algunos niños sonreían de esa forma cuando los divertía con su magia helada.

Pasó sus dedos por su cabello, despeinándolo aún más, luego sintió que toda la amargura que cargaba en sus hombros desde la mañana se disipó con solo escuchar que a los estudiantes les había gustado jugar con la nieve como niños. No le daría miedo volver hacerlo si con ello podía hacer feliz a muchas personas, acarrearía más problemas de los que puede soportar, pero vale la pena.

—Wow, gracias —ensanchó su sonrisa cuando la chica se ruborizó —Es bueno saber que reconocen mi arduo trabajo como algo increíble —alardeó entre cortas risas.

—¿De dónde vienes, Jack? —inquirió. Luego, sujetó una silla y se sentó a su lado.

Él desdibujó su sonrisa. Sintió que la chica quería saber de más y no era bueno que conocieran más de él, con solo saber que es un ser especial y que puede divertir a cualquiera, es más que suficiente. Además, Norte lo mataría si se llegase a enterar que confesó su secreto.

Soltó el aire que contenía en su interior por la boca. Después, dijo:

—De muy muy lejano —se mofó. La chica lo fulminó con la mirada.

—¡Hey! Estoy hablando en serio —se cruzó de brazos, indignada.

—Yo también, pero no es momento de hacerme preguntas que no voy a contestarte —respondió sin borrar su sonrisa burlona.

La chica rodó los ojos, se levantó y luego se alejó del peliblanco, él solo reía en su lugar mientras que el profesor de literatura impartía su clase como lo hacía usualmente. El hombre de cabello blanquiciento lucía una traje pulcro que hacía conjunto de sus zapatos de charol, Jack pudo notar que su tono de cabello era muy parecido al suyo.

De pronto, al aula de clases ingresó el chico pelinegro que le había generado mala espina la primera vez que lo vio, este se fijó en su mirada espectante y le mostró una sonrisa cargada de burla, después se sentó en las sillas de atrás. Jack no podía separar la mirada de ese sujeto tan misterioso.

La clase continuó a su ritmo normal, sin embargo, para Jack no resultó nada agradable estar cerca del otro sujeto. Tenía unas insaciables ganas de levantarse de su silla y preguntarle quién es, pero en su momento no podía hacerlo. No obstante, buscaría la ocasión para enfrentarlo.

Observó el reloj unas veinte veces esperando el momento en el que el timbre sonara. Su pie comenzó a moverse con intensidad ante la ansiedad, no podía mantenerse quieto, tanto que no pudo controlar su poder cuando este se descontroló. Hielo macizo comenzó a crearse bajo sus pies hasta alcanzar un metro de distancia desde su silla.

 Hasta El Fin Del Mundo (Jelsa) [Primer Libro]Where stories live. Discover now