Capítulo 4: Casa vacía

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Nathalie nos esperaba en la estación para darnos la bienvenida. La secretaria de mi padre frunció el ceño cuando vio a Bridgette junto a mi ¿Les avisé que vendría con mi novia? No lo recuerdo, a juzgar por la expresión de Nathalie, no lo hice... ¿Quizá debería intentar ser más comunicativo sobre ciertos temas?

- Bienvenido joven Félix – saludo ella.

- Buenas tardes Nathalie – salude inclinando la cabeza -. Ella es Bridgette Byrne, mi novia, la traje para que mi padre la conociera.

- Entendido, a su padre le ha surgido un compromiso de último momento y no se desocupara hasta tarde, su hermano se encuentra en la universidad, así que cuando lleguemos no habrá nadie en casa – Asentí con la cabeza, la verdad esa noticia no me sorprendía, mi padre siempre había sido muy frio y después de la desaparición de mamá se había vuelto aún más distante.... Y con Adrien, nunca fui muy cercano.

Los seis años de diferencia que tengo con mi hermano siempre fueron un muro que dificultaba acercarnos, además siempre he tenido un temperamento muy poco amistoso.

Dejamos las maletas en la cajuela y subimos al auto. Bridgette parecía nerviosa, le tome la mano intentando trasmitirle confianza. Ella me sonrió, tenía la sonrisa más bonita que había visto nunca, y coloco su cabeza apoyada en mi hombro.

Bridgette dio un grito ahogado cuando el auto entro a la mansión Agreste.

- Es enorme – dijo con los ojos abiertos como platos.

- ¿Quiere que arregle una habitación para la señorita? – pregunto Nathalie.

- No será necesario, ella se quedara conmigo – le dije y la secretaria asintió con la cabeza.

Tome a Bridgette de la mano y lleve a mi cuarto, ella me seguía con sus mejillas completamente rojas.

- Aun te sientes avergonzada porque la gente sepa que compartimos habitación – le pregunte, ella asintió con la cabeza ¡Era tan dulce! Le sonreí y me acerque a ella para darle un beso -. Te quero Brid.

- Yo también te quiero – dijo ella poniendo sus brazos sobre mis hombros y devolviéndome el beso, Bridgette no era ni muy alta ni muy pequeña pero tenía que ponerse de puntillas para besarme y yo tenía que agacharme.

Hoy Bridgette llevaba el cabello suelto, desde que la conozco solo se lo corto solo una vez, cuando tenía diecisiete así que ahora a sus veinticuatro años su cabello estaba bastante largo.

Me di cuenta de que me había enamorado de Bridgette una tarde que ella enfermó y no pude verla por casi una semana, desde siempre había sido ella quien me buscaba y en ese momento comencé a echarle tanto de menos que me costaba atender a clases.

"Solo tienes miedo de que su resfriado se agrave" me repetía una y otra vez "estas preocupado porque fuiste tú quien la llevo de paseo esa noche lluviosa... no en realidad ella te siguió ¿o la lleve conmigo?... ya tenía previsto que vendría". Solo pude resistirme cinco días y al sexto fui a visitarla intentando convencerme de que lo hacía porque estaba tardando demasiado en recuperarse de su resfriado más no porque la extrañase.

Acomodamos nuestras cosas en mi cuarto y utilizamos el resto del día para descansar. Ni mi padre ni mi hermano volvieron para la cena, así que estuvimos solos, tampoco llegaron luego de que paso la media noche, así que Bridgette y yo nos fuimos a dormir.

Desperté a las dos de la mañana, salí de la cama despacio para no despertar a Brid y baje a la cocina a buscar un vaso de agua. Cuando regresaba a mi cuarto la puerta principal se abrió y apareció Adrien, éramos muy diferentes, siempre lo habíamos sido, la edad no era lo único que nos había distanciado, aparentemente a él si le gustaba quedarse de amanecida en las fiestas.

- Buenas noches Adrien – salude llamando su atención, me miro frunciendo el ceño, olía un poco a licor y estoy casi seguro de que mañana despertaría con dolor de cabeza.

- ¿Félix? ¿Regresabas hoy?

- Como se nota que te alegras de verme – dije cruzando los brazos.

- Perdón... hola ¿Qué tal el viaje? Me había olvidado de que regresabas a casa.

- No importa.

- Quisiera hablar más, pero tengo que dormir, mañana tengo que levantarme a las cinco – dijo Adrien bostezando.

- ¿Tienes clases mañana? – pregunte ¿Se había ido de fiesta hasta las dos de la mañana cuando tenía clases al día siguiente?

- No... quede con Kagami en ir a Niza a pasar unos días luego de que termine el semestre.

- ¿Cuánto te demoraras?

- Un par de semanas – contesto y luego bostezo de nuevo -. ¿Cuánto tiempo te quedaras tú aquí?

- Tres meses.

- ¿Tres meses? ¿Desde hace cuánto que no pasas tanto tiempo aquí?

- Desde que mamá desapareció – respondí, aunque no recordaba exactamente cuánto duraban las vacaciones del colegio.

- Entonces hablamos cuando regrese... hasta mañ... no, hasta dentro de dos semanas.

La chica que una vez fuiWhere stories live. Discover now