Capítulo 9: Adrien

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Adrien ha estrado comportándose extraño desde hace una semana, mira fijamente a Bridgette como si buscara descubrir algo, ella ha comenzado a sentirse incomoda y medio en broma me dice que no le gustaría quedarse a solas con mi hermano. A mi también comienzo a incomodarme toda la atención que Adrien le presta a Bridgette.

Un día mientras leía recostado en uno de los sillones de la biblioteca, Brid entro con el pretexto de ofrecerme algo de tomar, deje mi libro a un lado y ella los dos vasos que había traído, entonces se inclinó sobre mí y me beso, le correspondí y comenzamos a besarnos cada vez con más intensidad... hasta que Adrien hizo sonar la puerta casi azotándola.

- Buenos días hermano... cuñada – dijo y se marchó, dejándonos tanto a Bridgette como a mí preguntándonos que era lo que le estaba pasando.

Por otra parte mi padre está encantado con ella, sabía que le iba a agradar, pero nunca imagine que tanto, conversan mucho sobre moda y yo solo me quedo a un lado escuchando, no porque me interese sino porque estar casado con una diseñadora incluye que yo también debo estar algo enterado del entorno que la rodea.

Recuerdo cuando me le confesé fue algo... torpe, ella me llevaba diciendo que le gustaba desde hace tiempo pero yo era esquivo y cortante, le llevo seis años, no me gustaba la idea de ir a prisión por lo que una relación con una menor de edad resultaba impensable. Pero llevaba muriendo de ganas de abrazarle y besarle desde hace un año, como ella pronto cumpliría diecisiete decidí arriesgarme y confesar que ella también me gustaba.

Esa mañana fui a buscarla aunque no me acerque mucho, en parte porque tampoco deseaba que supiera que estaba allí por ella. Ella me vio y como siempre se acercó corriendo, luego de que comenzamos a conocernos un poco más ella bajo su intensidad con eso de acosarme, ahora solo tenía miles de fotos mías entre sus cuadernos y a veces daba signos de saberse mi horario de memoria, pero al menos ya no parecía mi sombra, algo me decía que llegados a este punto, si yo no le siguiera el juego ella hubiera desistido hace tiempo.

Yo tenía las manos en los bolsillos para ocultar mi nerviosismo y solo balbucee un saludo antes de que nos pusiéramos a caminar, ella me siguió comenzando a contarme cosas de su día.

- ¿yo te gusto? – pregunte "No Félix es; Me gustas" me regañe mentalmente, a veces cuando me pongo nervioso pregunto cosas extrañas, pero como no tartamudeo ni parezco nervioso, nadie lo nota. Ella me miro sorprendida antes de sonreír y contestar.

- Me gustas mucho.

- Tú también... - dije olvidándome de lo que se supone que debería decir a continuación, pero ella tan animosa, y creo que con ánimo de bromear me tomo del brazo haciendo que mi corazón palpite como un loco.

- ¿También me quieres Fél? – me pregunto arrimándose en mi brazo, yo me quede en silencio y solo me dedique a asentir, ella que no esperaba esa respuesta, se detuvo bruscamente -. ¿Lo dicen en serio?

Técnicamente no había dicho nada, pero ella me entendió, yo solo asentí por segunda vez, entonces Bridgette apretó mi brazo más fuerte y no dijo nada, cuando voltee a verle su rostro estaba completamente rojo y yo también me ruborice solo de verla.

A ella parecía gustarle mucho París, a veces caminábamos horas sin tener algún destino fijo, y muchas veces es ella la que aparentemente me está guiando por la ciudad, Bridgette habla francés perfectamente, aunque no sabe cómo lo aprendió si nunca ha estado en algún curso.

En unos días seria el cumpleaños de Bridgette, le había preparado un regalo que le gustaría muchísimo... aunque me daba algo de pena regalárselo, durante mucho tiempo lo había tenido guardado, tenía intenciones de dárselo porque se parecía a uno de los tesoros que ella guardaba pero... para mí era un trozo de basura que no sé porque no lo he tirado y no tengo idea que fue lo que estaba pensando cuando lo recogí, al menos parece que es de plata porque no está oxidado.

Lo pondré junto al quid de dibujo que le compre, quizá pueda esconderlo en la caja que contiene los lápices y carboncillos. Bridgette suele dibujar sus diseños, así que cuando vi unas cuantas libretas de dibujo y un juego de lápices me pareció que le gustarían. Elegirle regalos al principio me resultaba difícil, durante nuestro primer año de novios le regale una pulsera de diamantes... pero aunque le gusto rara vez se la ponía y sospecho que la mayoría de veces era para complacerme a mí, le gustan las joyas pero más que por ser joyas... porque convienen con sus diseños, no ve precios, solo que se acople a los vestidos que diseña, en otra ocasión no sabía que regalarle y le compre una máquina de coser, nunca la había visto más alegre en su vida, desde ese momento le regalo cosas que le sirvan para diseñar, aunque hace dos años le regale un guardapelo de corazón para que llevase siempre con ella uno de sus tesoros y le encanto.

Los tesoro de Bridgette son un montón de cosas extrañas y algo viejas, que guarda una caja de madera en nuestro armario, pero de todos esos objetos, lo que más aprecio le tiene es a un arete... ese que siempre lleva con ella en el guardapelo que le regale.

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El guardapelo es algo así.

El guardapelo es algo así

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La chica que una vez fuiOnde histórias criam vida. Descubra agora