Capítulo 23: Mi Marinette, my Lady

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Temo estar equivocado.

Temo haber proyectado en Bridgette todas las caracterizas de Marinette.

Siento remordimiento por la forma en que estoy tratando a Kagami.

Pero aunque la lógica me diga que es imposible, mi corazón es terco y segué repitiendo una y otra vez que Marinette es Bridgette, que Bridgette es Marinette, que ambas son la misma y que de alguna forma ella llego a Londres, decidió dejar su antigua vida atrás y olvidarse todo... olvidarse de todos sin detenerse a pensar ni un segundo en lo que sufriríamos.

Ayer me llamo Bridgette, por los sonidos del fondo adivine que estaba en la calle, ella quiso que nos viéramos hoy, probablemente para decirme que mis actos comienzan a asustarla y que si no me detengo llamara a la policía... ¡Pero no puedo evitarlo! Desde ese día durante la cena en el que Félix parecido adivinar mis pensamientos apenas he podido verla, creo que eso ha estado bien, me ha permitido pensar con claridad, llame a Kagami, la invite a cenar pero por más que intento, no puedo sacarme estos pensamientos de la cabeza ¿Es Bridgette mi Marinette? ¿Y si esos aretes solo se parecen? ¿Y si Ladybug no era Marinette? Hay tantas preguntas, tantas dudas que se clavan en mi corazón, y todas esas incógnitas son dudas horribles que me acuchillan el alma... y Kagami ¡Que paciencia que tiene Kagami!

Estos días he llegado a dudar de mis sentimientos por Kagami, ¿La amo? Si lo hiciera no quisiera echar a correr detrás del recuerdo de Marinette.

¿Qué posibilidades hay de que solo sea una coincidencia, los aretes de Bridgette y la aparición de Ladybug? ¿Qué llevaría a una muchacha tan dulce como Mari a marcharse sin despedirse, a huir sin preocuparse por el dolor que nos causaría a todos?

Hoy intentare terminarlo todo, hoy hablare con Bridgette al respecto, intentare que mis emociones no me dominen... ahora la espero en la cafetería donde nos citamos ayer, ella se está demorando y a cada segundo que tengo que esperarla, vuelve a mí la certeza de que ella es Marinette ¿Quién más que ella está siempre tarde a todo?

Acaba de llegar, lleva su cabello suelto y algo desarreglado por haber corrido, se detiene unos segundo arrimada a la silla antes de saludarme.

- Buenos días Adrien – dice cuando al fin ha recuperado el aliento.

- Buenos días Ma... Bridgette – digo torpemente, en este momento se le parece tanto, ella voltea sus ojos hacia mí, sonríe con tristeza -. Dijiste que querías hablar ¿Te hago sentir incómoda?

Ella parece sorprendida por mi pregunta tan directa pero luego asiente con la cabeza, me encojo de hombros ¿Por qué pregunte? Necesitaba saberlo, pero... ¿En realidad quería hacerlo?

- Tenemos muchas cosas que cerrar de una vez – dice ella y mi corazón salta traicionándome con un destello de esperanza he ilusión.

- De qué quieres hablar... no hemos podido vernos últimamente porque Félix parece estar evitándome – le dije, esa última frase no venía a tema pero no pude resistirme a decírsela, era una queja, una queja absurda e injustificada contra un hermano mayor que apartaba de mi a quien que más deseaba y aquella sobre la cual no tengo ningún derecho.

- Te hemos evitado, si – acepto ella y dando un fuerte respiro, como para darse ánimo, continúo hablando, mientras parecía más nerviosa cada vez -. Sé porque insistes conmigo, sé porque tienes ese comportamiento tan extraño... crees que soy Marinette.

Sentí que mi mundo se había caído al piso, no sé cómo lo supo pero estoy seguro de que me dirá que no es mi Marinette, que me hablara de su familia en Londres, me dirá que su padre, el señor Byrne era un hombre muy amable y que la señora Byrne siempre fue una madre cariñosa, quizá tenga hermanos, en ese caso también me hablara de ellos, al terminar dirá que aunque me entiende, ella no es la mujer que busco, que ella es mi cuñada y nunca será para mi nada más. Entonces se levantara, me dirá que espera que ya no sea necesario evitarme y se ira, y yo seguiré aquí, buscando a Marinette, preguntándome donde estará y si no estará sufriendo. Ya me preparaba para esa respuesta cuando ella con algo de vacilación pero con la voz muy firme me dijo:

La chica que una vez fuiWhere stories live. Discover now