Capítulo 20: Indecisa

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No es una competencia, no es una competencia, no depende de tu destreza esta vez... por más que me lo repita, no puedo evitar pensar que si Adrien se marcha con Marinette habré perdido, habré sido insuficiente para él.

Marinette sonrió con preocupación y jugueteo con su café con leche, creo que mi silencio comienza a resultarle incomodo.

- Siempre vengo a las cafeterías con Félix – comento -. Él me llevo a la primera cafetería que visite, allá en Londres.

- ¿Quién es Félix?

- Mi novio... ahora es mi prometido – respondió ligeramente ruborizada, ¡Está comprometida! Quizá aún no haya perdido a Adrien completamente.

- ¿Te casaras pronto? ¿No tienes ningún interés por Adrien ya?

- No, ya no, ¿Eres alguien importante para Adrien?

- Soy su... novia, a veces.

- ¿Cómo puedes ser su novia a veces?

- Últimamente actúa extraño... 

- ¿Eso significa que no así todo el tiempo?

- No... hasta hace poco todo estaba bien, sin contar algún que otro momento en que se acordaba de ti.

- Entonces yo tengo algo que ver – suspiro ella -. Quiero que se olvide mí, a mi también me molesta su comportamiento a mi alrededor.

- Yo quiero que él se decida... lleva guardándote luto ya diez años, tienes que terminar con esto.

- ¿Pero cómo podría hacerlo? Él no sabe que yo en realidad soy Marintte, aun así se comporta extraño a mi alrededor... no sé qué haría si tuviera la certeza de que soy Marinette.

- ¿Te encuentras seguido con Adrien? – pregunte curiosa, ella hablaba como si viera a Adrien frecuentemente.

- Sí, es el hermano de Félix... ¿No lo sabías?

- No... Adrien menciono unas cuantas veces que tenía un hermano pero nunca hablamos de ello.

- ¿Lo que quieres que haga? ¿Le digo a Adrien que lo nuestro no existe?

- Si... aunque es terco, no sé si lo aceptara.

- Le preguntare a Félix...

- ¿Necesitas su permiso?

- No, necesito su consejo, él conoce más a su hermano que yo.

- Pero él no ha estado con su hermano en mucho tiempo – observe, los hermanos Agreste seguramente se separaron cuando eran muy pequeños, no existía entre ellos un vínculo fuerte.

Ella no me escucho, se levantó y marco él número de su novio, luego de una conversación a mi parecer excesivamente larga se despidieron y Marinette se sentó de nuevo frente a mí.

- Félix dice que no le gusta la idea, pero pregunto a mis padres si podríamos quedarnos un tiempo allí si las cosas no marchan bien con Adrien... así que creo que esta conforme con que lo hagamos.

- ¿Eso significa que hablaras con Adrien para aclararlo todo?

- Hablare con él.

- Bien – suspire y me aventure a preguntar algo más -. Marinette... ¿Cómo es que perdiste la memoria y nadie más supo de ti hasta ahora?

- De alguna manera llegue a Londres... aunque la policía busco a mi familia no los encontraron, porque nadie busco aquí en Francia, no sé porque perdí la memoria ni como llegue hasta allí.

- ¿Has intentado averiguar cómo paso?

- No... tengo miedo de lo que podría encontrarme.

- Siguen tan indecisa como siempre – dije rodando los ojos -. Por cobardía nunca te le declaraste a Adrien.

Ella se encogió de hombros y supe que me estaba excediendo un poco, tenía que ponerle un freno a mi carácter o la alejaría, y necesitaba que ella pusiera punto final al enamoramiento de Adrien.

- Lo lamento, no quiero acusarte de nada, solo quiero que terminemos con esto de una vez por todas – le dije desviando la mirada, ella asintió de acuerdo -. Deberíamos comenzar por hablar con Adrían... deberías hacerlo tu sola.

- ¿Yo sola? ¿No le acompañaras? ¿Y si se pone violento?

- Si estoy junto a ti, él estará a la defensiva, estaré cerca, si pasa algo detendré a Adrien...

- Quiero que Félix también estese allí, desde que comenzamos a salir prometimos que sin secretos.

- Bien – acorde poniendo los ojos en blanco ante su evidente dependencia de su novio...

Quedamos en encontrarnos al día siguiente para comenzar con nuestro plan, Marinette regreso a casa de sus padres diciendo que tenía planes de convivir con ellos hasta mañana y yo regrese a mi departamento, me puse a entrenar para matar el tiempo, seguramente ahora soy la mejor esgrimista del continente, pero aún así mi madre no esta satisfecha, nunca lo esta, y creo que nunca llegara a estarlo.

Al día siguiente nos encontramos en el parque cercano a la torre Eiffel eran las primeras horas de la mañana y Marinette tenía el aspecto de aún no terminar de levantarse por completo.

- ¿Estas segura de lo que piensas hacer? – le pregunto Félix a Marinette levantando una ceja y apoyándose contra el auto.

- Si... tenemos que poner todo en orden... hoy quería pasar todo el día con mis padres pero necesito terminar todo lo que deje sin cerrar hace diez años – dijo ella con firmeza, Félix hizo una mueca que debía ser una sonrisa ligera.

- Si Adrien se propasa, será lo último que haga – comento, Marinette asintió sonriendo, su determinación se había ido, entonces ella sorpresivamente hecho los brazos alrededor de Félix atrapándolo en un abrazo que en cuanto él salió de su asombro le correspondió con discreción pero al mismo tiempo con tanta ternura y comprensión...

Y me sentí celosa ¿Por qué Marinette lograba siempre que la amasen tanto?

Diez años han pasado desde que estoy enamorada de Adrien y él nunca me acaricio el cabello con tanta dulzura como lo hace Félix en este momento con los cabellos de Marinette. Para Adrien siempre fue Marinette, nadie podía comparársele, nadie podía competir con su recuerdo y aunque nunca me lo dijo en voz alta, sabía que cuando estaba conmigo seguía deseando estar con ella.

Quisiera compartir con Adrien algo tan especial como lo que parece que tienen Félix y Marinette.

Pero nunca lo admitiría en voz alta. Porque yo, Kagami Tsurugi, nunca muestro ese tipo de debilidades, porque tengo que ser digna del linaje Tsurugi.

Ellos se separaron luego de un rato y tomando aire decidida, Marinette comenzó a marcar el número de Adrien que no tenía en sus contactos y yo se lo había facilitado.

- Buenas tardes... - saludo ella vacilante -. Soy Bridgette... tengo que contarte algo Adrien ¿Podemos encontrarnos en algún lugar para hablar?

La chica que una vez fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora