Daenerys (5)

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Era una fría mañana en Invernalia, como se decía que era costumbre en el Norte, cuando se respiraba la nariz dolía por los vientos fríos, las manos debían ser cubiertas con guantes de piel lo más gruesa que se pudiera para poder tener movilidad en los dedos. Nunca había sentido un frío así de intenso en toda su vida, el invierno en Essos era agradable a comparación de este en Poniente.

Daenerys estaba en el patio del castillo, contemplaba los muros grises y el acabado antiguo de la fortaleza, Invernalia era mucho más grande que Rocadragón. El frío la hizo querer caminar de un lado a otro para mantener su cuerpo con algo de calor, eso le había aconsejado Sansa una noche en la que la visitó en su habitación. Sin embargo, lo que preferiría hacer Daenerys para mantener el calor en su cuerpo debía esperar hasta que cayera la noche, así que por el día caminaba todo lo que podía.

—Su alteza —saludó la ronca voz de Jon Nieve—, ¿todo en orden?

La reina le sonrió y asintió.

—No estoy acostumbrada a este frío —le confesó, supuso que la había visto frotarse las manos para que recibieran calor.

—Es muy frío para alguien del sur —le dijo sonriendo—, debería mantenerse caliente en sus aposentos.

Daenerys volvió a asentir mientras se le escapaba una ligera sonrisa de lado, si tan solo él supiera.

—Prefiero estar con mi gente verificando que todo vaya bien... Su entrenamiento, su alimentación.

—Estuve hablando con Gusano Gris, le expliqué todo sobre los Caminantes Blancos —explicó Jon—. Y sobre alimentar se encarga mi hermana, la Dama de Invernalia.

—Aún así —dijo Dany—. Sé que no soy tan buena para entrenar soldados pero la presencia de su reina puede ser una motivación para ellos, después de todo tienen que conocer a las personas por las que luchan.

Jon asintió mientras le sonreía como un verdadero bobo.

—Estoy de acuerdo —respondió.

—Y sobre su alimentación... La Dama de Invernalia no debería ser la única encargada de esa parte —avisó Daenerys—. ¿Puedo saber en dónde se encuentra? Me gustaría discutir con ella sobre eso.

—Debe estar en el Gran Torreón —afirmó—, ahí está su recinto en donde trabaja.

—Gracias —dijo Dany y dios media vuelta para irse.

Conocía el Gran Torreón de Invernalia de arriba a abajo, ahí era en donde estaban los aposentos del señor del castillo, naturalmente la habitación de Sansa estaba en esa torre y Daenerys pasaba casi todas las noches ahí.

Cuando llamó a la puerta la voz de Sansa le respondió para permitirle entrar, así que eso hizo. Sansa levantó la cabeza de los papeles que estaba mirando y le sonrió al verla.

—Lady Stark —saludó Daenerys—, quería discutir algunos asuntos con usted.

Sansa se levantó de su silla e hizo una inclinación.

—Majestad —dijo.

Daenerys cerró la puerta tras ella y se acercó a Sansa. La pelirroja estaba a punto de hablar pero Daenerys le dio un beso que le calló la boca. Mientras le besaba sintió la sonrisa de Sansa en sus labios.

—¿Qué asuntos quieres discutir? —Le preguntó cuando Daenerys se separó.

—Solo quería verte —sonrió.

—Que pases mucho tiempo aquí va a despertar sospechas —Sansa suspiró.

—Ya pasé el tiempo necesario con tu hermano para no levantar sospechas —replicó la reina—. Déjame pasar un momento contigo antes de que tengas que regresar a tus deberes como dama.

Reinas de PonienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora