Arya (2)

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Arya estaba acostada todavía en los sacos de grano con la capa de Gendry sobre ella, habían sonreído pensando en que seguramente Sansa se enfadaría si supiera lo que estuvo haciendo encima de sus sacos de grano que tanto peleaba. Su cuerpo se sentía cálido aún apesar de estar desnuda debajo, su mirada estaba perdida en la oscuridad de la ventana. Los pensamientos que llegaban a ella no la dejaban dormir, hubiera querido poder descansar como el chico que dormía a su lado. Había sido una noche cansada, Gendry había sido bueno con ella, la respetó hasta que Arya le pidió que ya no lo hiciera, y ahora ese momento había terminado y él seguía durmiendo. Lo volteó a ver. Su rostro estaba en calma, sus facciones tranquilas y su respiración también, Arya estaba feliz de verle antes de que la batalla comenzara porque sentía que si no lo hacía explotaría con todo lo que estuvo sintiendo los últimos días alrededor de Gendry. Él siempre había sido tan pacífico, solía pensar mejor las cosas y nunca se dejaba llevar por su enojo, era totalmente diferente a ella, y eso era lo que la atraía más a él. ¿Estaba atraída a él? ¿O qué era lo que en verdad sentía? Gendry significaba para ella la persona que solía ser antes de que llegara a Braavos. La chica que era muy lista para su propio bien. Y ella recordaba que esa chica estaba enamorada de Gendry, y creyó que lo seguiría hasta el final del mundo.

Por un momento se dio cuenta de que había dejado de pensar en la próxima batalla, no debía estar distráyendose con lo que sea que sintiera por Gendry, porque era muy probable que uno de los dos muriera, sino es que ambos lo harían. Como que tenía el sentimiento de haber tenido que pasar el posible último día de su vida en compañía de sus hermanos, de Jon, Bran y Sansa. Pero ver a Gendry recostado a su lado la hacía querer permanecer ahí todo el tiempo que le quedaba. ¿Por qué Gendry era tan atractivo después de todo? Ella recordaba haber tenido sentimientos hacia él, pero no de esa forma, nunca con nadie de esa forma. ¿Qué tenía Gendry que no pudiera tener alguien más? Ella había cambiado, había dejado de ser la chica que era, y se había convertido en una nueva y mejorada Arya, una que puede defenderse de quien sea. ¿Por qué no podía defenderse de la mirada de Gendry y le era tan difícil no sonreír cuando él estaba cerca?

Se sorprendió a sí misma pensando de nuevo en él. Gendry seguía dormido, ajeno a todos los pensamientos que pasaban por la cabeza de Arya, sin darse cuenta que a su lado estaba ella, tan dispuesta a seguirle a donde quiera que fuera, pero tan incapaz de hacerlo de verdad. También estaba pensando en su familia, en Bran, recordaba que cuando eran pequeños solían jugar a las espadas con palos de madera y Arya siempre le ganaba a su hermano menor, y recordaba que él se enojaba y finalmente no quería seguir jugando con ella, ahora era alguien diferente, como ella, como todos. Sansa y Arya habían tenido demasiadas peleas cuando eran más jóvenes, sus personalidades chocaban e incluso Arya le deseaba la muerte, aunque después se retractaba, y ahora era la persona más inteligente que conocía y su hermana más cercana. Con Jon estaba conectada desde que ambos eran unos niños, y él era el hermano al que más extrañaba y al que más quería, pero en el camino los dos habían cambiado y Arya debía admitir que no entendía a su medio hermano, y por eso estaba del lado de Sansa en esa pequeña discusión que tenían los dos hermanos mayores de Arya. Por un momento pasó por su mente un rayo de luz y su familia ya perdida se había apoderado de su cabeza, su padre y su madre, Robb y Rickon. Hubiera dado cualquier cosa por verlos ahí junto a ellos, aunque sea por unos momentos antes de que tuvieran que enfrentarse contra la muerte. Supuso que se volverían a ver pronto.

Arya se dio unos momentos para poder derramar las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos al pensar en aquello. Pero justo en ese momento Gendry se removió en su lugar y poco a poco abrió los ojos. Arya se secó las lágrimas y le lanzó una mirada.

—Ey —dijo despabilándose.

Arya apoyó su cuerpo sobre sus costillas para verlo mejor. Gendry le sonrió.

Reinas de PonienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora