Sansa (11)

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Arya estaba caminando por el recinto de Sansa como si quisiera hacer un gran hoyo en el suelo de piedra, ella se retorcía las manos una con la otra mientras escuchaba las palabras que su hermana le decía. Pero la mayor no estaba prestando atención.

La noche pasada se había enterado de que Jon había besado a Daenerys antes de la batalla de Invernalia y se había puesto triste, pero para agregar a la lista de las cosas que la molestaban, vio cómo Yara Greyjoy le robaba un beso a la Reina Dragón. Y lo peor había sido que Daenerys le permitió besarla.

—No sé cómo puedes seguir insistiendo en dejarle el Norte a Jon después de eso —Arya comentó—, ella ni siquiera es honesta contigo ahora, imagínate en el futuro.

Sansa le tuvo que contar a Arya lo que había pasado puesto que su hermana menor la encontró llorando la noche anterior cuando se dirigía al Gran Torreón. Entre que quería y no quería decirle, pero realmente Arya era la única a la que podía acudir porque ella ya sabía lo que pasaba entre Sansa y Daenerys, así que finalmente le habló sobre lo que vio.

—No le dejaré a Jon el Norte —afirmó Sansa—. Ya me ha quedado claro que se van a casar.

—Bien —Arya hizo un asentimiento con la cabeza—, mientras ellos continúan con su boda puedes declarar al Norte como reino independiente y luego daremos cabida a tu coronación.

—No voy a hacer eso tampoco —dijo Sansa haciendo que su hermana la mirara con el ceño fruncido.

—¿Qué? —Preguntó juntando las cejas tanto que a Sansa le parecía que se le harían una sola.

—Ahora no puedo pensar en una coronación —negó Sansa.

—Es justo el momento en el que deberías —Arya dijo.

Sansa no dejó de ver a su hermana pequeña. Le parecía raro ese comportamiento en Arya, realmente ella nunca ponía demasiado interés en nada relacionado con las políticas desde que había llegado y se dejaba llevar por lo que consideraba correcto, pero ahora estaba actuando raro, no conforme a su actitud.

—¿Por qué estás haciendo esto? —Le preguntó con cautela—. ¿Quieres ser la heredera del Norte?

Las cejas de Arya se arrugaron nuevamente, su mirada gris cayó en la azul de Sansa y luego rodó los ojos.

—No —respondió—, pero pensé que esto es lo que Robb quería desde que le cortaron la cabeza a padre.

La voz de su hermana había temblado en la última frase, Sansa sintió un escalofrío al pensar en ese recuerdo, en la muerte de su padre.

—Robb fue a la guerra y le cortaron la cabeza también —replicó Sansa.

—¿Y tú no irías a la guerra por tu gente? ¿Ellos volverán a obedecer al Trono de Hierro?

—Jon se va a casar con Daenerys y pasará a ser Rey de los Siete Reinos —dijo Sansa—. Los norteños lo eligieron como su rey antes que a mí.

—Lo hicieron pensando que Jon era hijo de padre, pero no lo es —Arya negó con la cabeza.

—Ellos lo eligieron, Arya, antes que a mí —debatió Sansa—, él era un bastardo y aún así lo pusieron antes que a mí.

Arya suspiró, le echó una mirada de pena a Sansa, la voz de la mayor había temblado también y sentía que su lengua se enredaba.

—Pero ahora es diferente —dijo Arya.

—Como sea —terminó Sansa—. Ya no quiero hablar más del tema.

La menor de las Stark asintió y se dio la vuelta para salir.

—Mi lady —dijo dando una reverencia a su hermana mayor.

Reinas de PonienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora