cap. 4 La Promesa

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Pensamiento de Camila

Mientras, Camila lo observaba fijamente sin perderse detalle, dándole vueltas en la cabeza a lo que estaba sucediendo. ¿Era cosa suya o estaba parada frente al hombre más atractivo que había visto en toda su vida? Hasta hacía apenas cinco minutos pensaba que Tom era la persona más atractiva con el que se había cruzado. Pero este hombre, ¿Qué es lo que la conquistó? ¿Su sonrisa perfecta? ¿Su cabello negro? ¿O tal vez el brillo de aquellos hermosos ojos esmeralda?

Era más alto que la castaña pero lo encontraba excesivamente delgado para su estatura. Aún así estaba segura de que era fuerte, lo bastante fuerte como para proteger a una chica como ella. ¿Y a ella qué le importaba que la protegiera o no? ¡Estaba a punto de casarse! Después de cerca de dos años de relación estaba a punto de dar el SI con Tom y no podía estropearlo por un hombre que tiene la cara bonita. Bueno, donde decía que estaba a punto de casarse con Tom, se refería a una fecha de espera de tres años para el día de la boda.

Sin embargo, algo extraño había sucedido cuando entró en ese despacho. Antes incluso de ver a Michael, una extraña corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo. Fue extraño, sorprendente y excitante. Nunca antes le había ocurrido algo así y mucho menos sin haber visto a esa persona. Ahora bien, cuando se dio la vuelta y sus ojos se cruzaron con las de él, todo empezó a dar vueltas a su alrededor. Aún no sabía cómo pudo mantener la compostura y comportarse con Tom como la digna y perfecta prometida que se suponía que era mientras pensaba en lo placentero que sería acostarse con el hombre extraño. ¿Qué le estaba sucediendo?

Michael Morgado, nunca antes había escuchado su nombre y le costaba creer que Tom le hubiera dejado su empresa a una persona desconocida. Su prometido era muy cuidadoso con su trabajo, extremadamente cuidadoso diría ella. Parecía como si temiera que Lorenzo Jáuregui fuera a reaparecer para cobrarse su terrible venganza. Aún no sabía cómo Tom se hizo con la fortuna de Jáuregui pero tampoco pensaba indagar en el asunto, le daba dolor de cabeza. Lorenzo Jáuregui se merecía lo que le había sucedido. Era un hombre egoísta, prepotente, avaricioso y mentiroso. Y todo eso lo sabía de la prensa. Entregaba cheques a diestro y a siniestro a determinadas fundaciones infantiles y en defensa de los derechos de la mujer pero todo era pura imagen. Otros cientos de artículos la delataban como una persona sin escrúpulos. Definitivamente, se merecía lo que le había sucedido y ella se aseguraría de que Tom no acabara igual. Lo llevaría por el buen camino costara lo que costase.

Había algo familiar en su mirada. Juraría que la había visto en alguna parte pero no lograba asociarlo, no lograba determinar dónde fue. ¡Qué extraña sensación!


*******

- ¿Se encuentra bien?, pregunto Lorenzo .

Despertó de sus propios pensamientos al escuchar su ronca y sexi voz y se percató de que el pelinegro aún sostenía su mano y ella lo observaba como si fuera carne preparada para ser servida. ¿En qué estaba pensando? Bueno, más bien no debía estar pensando para haberse comportado como una groupie ansiosa.

Se desasió de su agarre y dio un paso atrás.

- Bueno, como creo que Tom ya le ha explicado todo, será mejor que lo deje con su trabajo para que se ponga al día, dijo la castaña.

- No me molesta...respondió él

Dio otro paso atrás intentando no perder la sonrisa y tembló ante la idea de quedarse cerca del pelinegro junto con su palpitante corazón un solo minuto más. ¡Estaba prometida!

El Pordiosero y Su ÁngelWhere stories live. Discover now