cap. 7 El dia D

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Narrador

Ya era treinta de diciembre y podía afirmar con absoluta rotundidad que la vida no podría irle mejor. Jamás se había sentido tan feliz, tan enamorado y tan plenamente satisfecho consigo mismo. Había mejorado en absolutamente todos los aspectos de su vida y decir que lo hizo solamente por su propio esfuerzo sería mentir. Camila era su gran medicina y la que se había ocupado de velar por él. Camila y solo Camila.

Pasó la Noche buena y la navidad en la mansión Cabello Estrabao. El padre lo reconoció nada más verlo, por supuesto, pero no dijo ni una sola palabra a la familia. Aprovechó un momento en el que Camila estaba abriendo regalos con su madre y hermana ,  y lo arrastró fuera de allí para discutir sobre su identidad. Alejandro se rió de su ridículo nombre, él también lo haría. Al parecer, aunque había luchado para que el desgraciado de Tom pidiera matrimonio a su hija, no le agradaba mucho más que a él mismo. Estaba deseando deshacerse de Tom y lo veía a Lorenzo como un mal menor en vista de que era tan evidente su cambio. Juró no decir ni una sola palabra porque Camila merecía saberlo por ella misma y no quería dañarla más de lo necesario interviniendo, pero le hizo jurar que se lo contaría antes del año nuevo. En ese día, treinta de diciembre, ya estaba con la soga al cuello.

El día de navidad estuvo haciendo muñecos de nieve con Camila, su madre y hermana pequeña. Después jugó un partido de rugby con unos amigos de la castaña. Los amigos de Camila eran unos auténticos animales, pero el ex pordiosero también. Se divirtió como nunca y comieron juntos. Se le hizo más corto de lo que hubiera deseado el día y le dio lástima tener que marcharse.

El resto de la semana fue simplemente mágica. 

Camila aún no había roto con Tom  porque no le gustaba la idea de hacerlo por teléfono y lo respetaba. Tampoco quería llegar al final con él sin haber roto su compromiso y también lo respetaba. No esperaba menos de una dama como Camila y si hubiera actuado de otra forma, se habría equivocado de mujer sin lugar a dudas. Sin embargo, eso no podía evitar que los dos terminaran besándose y abrazándose con ansia. ¿Seguiría la castaña queriéndola después de saber la verdad sobre él? Tenía que decirle la verdad, retrasarlo sólo aumentaría su agonía, pero tenía miedo. Por primera vez en su vida estaba asustado.

Mientras Camila lo llevó a un asilo donde paseaba a ancianos y bailaba con ellos. Michael paseó a muchas ancianas por los jardines y bailó con ellas música de los años sesenta. La verdad era que en su vida había ligado tanto en una misma sala y todos adoraban a Camila. Podía entenderlo. Otro día fueron a un refugio para niños con bombones y caramelos que compraron por el camino y los repartieron entre los niños. Después tocaron algunos instrumentos y contaron historias de miedo escondidos dentro de unas tiendas de campaña improvisadas con sábanas. ¿Por qué demonios no hizo todo aquello antes? Estaba decidido a recuperar su fortuna y donar gran parte de ella para asegurarse de que esos niños tuvieran el mejor futuro posible. Pero no se conformaría con eso. Le gustaba jugar con ellos. Lo último y más sorprendente que hicieron fue participar en una maratón con fines benéficos. Se pusieron poleras de manga corta y shorts y corrieron por toda la ciudad cuando hacía cerca de cero grados. Después de eso tuvieron que hacer un intensivo de medicinas, chocolate caliente, calefacción y mantas para poder ir a trabajar al día siguiente. Y no se arrepentía de haberlo hecho.

En la empresa

Cuando llegó a la oficina esa mañana, Camila la esperaba en la puerta principal. Por primera vez, ella llegó antes que Michael. Lo recibió con una sonrisa y tuvo que contenerse de besarlo para darle los buenos días. Todavía no podían aparecer juntos públicamente.

El Pordiosero y Su ÁngelWo Geschichten leben. Entdecke jetzt