Mi refugio eres tú #Sangore

XCI

Nagore

Esta misma mañana había llamado a mi madre para comunicarle que nos íbamos a casar, le expliqué con pelos y señales como me lo había pedido Sandra anoche. Se emocionó porque no se lo esperaba. También llamé a mi hermana que se volvió loca a través del teléfono. 

Sandra había hecho lo propio con su familia, que se había sorprendido más que la mía porque no se esperaban que ella hubiera dado el paso. Ambas familias estaban ilusionadas con la noticia y nosotras más felices no podíamos estar. 

También se lo debía contar a mis seguidores, se lo debía por todo el apoyo que me daban siempre. Así que subí una fotografía de Sandra y yo besándonos acompañado del siguiente texto. 

"Soy Nagore. Soy mujer y amo a otra mujer. No es mi amiga, no es mi compañera de piso es mi novia, de la cual estoy enamorada, somos una familia y nos amamos. En poco tiempo nos convertiremos en dos mujeres casadas. ¡SÍ! ¡ME CASO! Empieza una etapa muy emocionante y muy mágica."   

Después de publicar eso, mi móvil no paro de sonar, muchos compañeros se habían enterado de la noticia por Instagram, los más allegados me llamaban para darme la enhorabuena. Y mis seguidores no paraban de dejar comentarios en la publicación.

Sandra

La publicación de Nagore no había dejado indiferente a nadie, a mi también me llamaban para darme la enhorabuena, incluso de gente que hacía años que no hablaba con ellos.  La verdad que desde que Nagore me había dicho que sí se quería casar conmigo estaba en una nube que no quería bajarme nunca.

Todas las revistas y los programas del corazón abrían con la noticia de nuestro compromiso, al principio me hubiera enfadado pero ahora que ya estaba acostumbrada a la prensa rosa ya me lo tomaba con humor. ¡Quién me ha visto y quién me ve ahora!

Los días iban pasado y el boom disminuía, por fin podíamos salir a la calle sin que ningún periodista nos estuviera esperando en el portal para preguntarnos los detalles de la pedida de mano. Por fin podíamos salir tranquilamente a la calle.

Unos meses más tarde...

Nagore

Entre el trabajo y los preparativos de la boda no teníamos ni un segundo libre, íbamos todo el día de aquí para allá buscando el sitio del convite, tenía que ser un sitio grande porque íbamos a invitar a mucha gente. También estábamos con las invitaciones liadas. En la lista de invitados de Sandra había como cien personas y en la mía casi el mismo número, seguramente nos tocaría recortar en invitados.

Nagore: Cariño, esto de las invitaciones se nos está yendo de las manos, al final vamos a hacer una boda con 200 invitados. 

Sandra: Tendremos que estar tres días de boda jajaja

Nagore: ¡Será un bodorrio, que no falte nada! 

Sandra: Uff todavía nos queda mirar muchas cosas y lo tenemos que tener todo listo en tres meses. El sitio del convite, el menú, las invitaciones enviadas...

Nagore: Tranquila, cariño, que nosotras podemos. Además Lucía nos esta ayudando mucho. 

Sandra: Pues sí, no sé que haríamos sin wedding planner... Nos estaríamos tirando de los pelos mutuamente. 

Nagore: Pues sí, así que tu tranquila. ¡Va a ser la mejor boda del mundo! 

Sandra: Yo con que tú estés en ella ya es suficiente. No me vayas a dejar plantada eh

Nagore: Jamás. De mi ya no te libras. 

Sandra

Ya habíamos decidido el sitio para celebrar la boda y la comida, era una castillo antiguo, del siglo XIII en medio de un gran jardín y en una parte tenía también un pequeño lago. Allí era la zona donde íbamos a hacer la ceremonia. 

Habíamos decidido ya los colores principales de la boda, iban a ser el turquesa porque a ambas nos gustaba el mar y era el color que más se parecía al agua. Y sobretodo el blanco, que sin duda era el color de la pureza.

La semana que viene, vendría mi madre y mi hermana para ayudarme con el vestido de novia. Todavía nos quedaban muchas cosas por preparar.

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A partir de ahora será totalmente inventado, no seguirá la vida real. Todo saldrá de mi cabecita loca...

Twitter: EresRefugio