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La nieve caía en pequeñas cantidades, la luz de la luna había desaparecido por unas enormes nubes oscuras.

-Lo dire una última vez, esa criatura misteriosa no existe- insistió el chico de voz fría, mientras apartaba su flequillo de la cara.

-Lo que digas, tch no tengo toda la noche para escuchar tus quejas marica- se quejó la chica, mientras llevaba un cigarrillo a su boca.

Craig estaba un poco decepcionado, quería escuchar más sobre lo que sabían, pero esos chicos ya habían cerrado el tema, por otro lado Tweek suspiro aliviado, ya estaba considerando incendiar algo y así crear una distracción; a los minutos se escucharon como los pasos de aquel grupo se alejaban.

-Wow escuchaste eso, ellos sabían algo sobre ésa criatura- habló Craig sorprendido, mientras se levantaba con Tweek, pero al levantarse se percataron que aún aquellos chicos estaban ahí.

-Se los dije- habló el chico de mechón rojo, mientras volvía a apartar su flequillo y daba caladas a su cigarrillo. Los otros tres acompañantes del chico asintieron.

-¿Por qué nos escuchaban?, ¿Qué hacen aquí? Y aún más importante ¿Quiénes son?- preguntó el mas joven, quien asomaba una cuchilla de su bolsillo; Craig y Tweek dieron unos pasos hacia atrás, Craig muy nervioso, Tweek por otro lado no, éste estaba un poco agradecido, hasta tal vez se ahorraría en matar él mismo a el padre...

-¡Oye!, ¡Oye! ¿Qué haces?- preguntó el de mechón rojo muy impresionado, mientras el menor ponía sus ojos en blanco.

-En serio Pete, quiero un nuevo sacrificio- respondió irritado el menor.

-¡Pero no cerca del pueblo!- replico el mayor, mientras interrumpía la pelea entre el del cabello negro y el menor, la chica solo los miraba y Craig aprovechó la oportunidad de tomar a Tweek por el brazo y salir de ahí.

Cuando llegaron a la casa de Tweek, ambos suspiraron aliviados.

Tweek un poco decepcionado los chicos no hicieron nada, pero en cierta parte aliviado ya que Craig no escuchó mucho...

-¡Oigan me dejaron aquí solo, no se vayan sin mí!- exclamó Clyde acercándose a la puerta y golpeando a ambos chicos.

-Lo que digas Clyde, solo te dormiste y no ayudas en nada- replicó Craig, mientras fruncia el ceño y Clyde le sonreía nervioso.

-Como sea, no importa, tengo lo que necesito- prosiguió Craig, mientras sacaba una libreta y escribía.

-¿Podríamos quedarnos hasta la mañana? por favor- suplico Clyde a Tweek, éste solo se encogió de hombros.

-No hay problema- respondió Tweek con una sonrisa amable, dirigiendose a una habitación.

Clyde se volvió a dormir y Craig seguía escribiendo cosas.

Por la mañana ambos chicos agradecieron a el blondo y éste se despedía de ellos con una amable sonrisa, mientras agitaba su mano.

-Tal vez nos volvamos a ver... - habló Craig con seriedad, Tweek sonrió y asintió. Caminaron por aquel sendero hasta que una voz interrumpió a ambos.

-¡Oye tu bufanda! - exclamó Tweek, mientras señalaba la bufanda en su cuello, ni siquiera se la había quitado por todo el alboroto; Craig lo observó desde lejos y respondió en voz alta.

-¡No importa, te la regalo!- Tweek se impresionó y apretó la bufanda con su mano, observó a los chicos alejarse y desaparecer entre los árboles, cerró sus ojos y aflojó un poco aquella bufanda azul, la tomo en ambas manos y olio aquella fragancia tan satisfactoria, por un momento pensó que todo era un sueño y nunca pasó aquella desgracia, que todo era una ilusión y volvía a ese día en el cual él azabache le había obsequiado aquella bufanda y aún eran inocentes de todo el pecado que habían cometido... La casa se empezó a distorsionar y quedó en ruinas, era solo una simple ilusión la cual le sirvió mucho para engañar a el castaño y a el padre...

~Demons~(❤Creek❤)Where stories live. Discover now