03

3.2K 347 85
                                    

"Perdido en el laberinto, en la oscuridad"

"Perdido en el laberinto, en la oscuridad"

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Corea del Sur, Seúl: año 2009-10-13.

Jimin se detuvo frente a la puerta de la habitación de sus padres, quería ver a su madre antes de ir a la fiesta. Necesitaba un abrazo y ánimos para sentirse seguro. Por primera vez iba a salir al mundo, el pelinegro iba a conocer personas de su edad y relacionarse con estas, estaba nervioso por ello.

Tenía miedo a no encajar o hacer algo que lo dejara en ridículo frente a ellos.

Porque Jimin se sentía diferente.

— Madre — la llamó y sintió su dulce voz responderle desde adentro. Sonrió y entró.

Su madre lo vió y sonrió con felicidad, su pequeño estaba creciendo y se estaba convirtiéndose en un hermoso hombre.

— Acércate — le pidió y el menor llegó hasta su lado, dejando un beso en la mejilla de esta. Llevó su mano a su rostro y lo acarició — Jimin, te amo hijo mío. Espero que la felicidad y la luz siempre estén contigo, que solo tengas días buenos. Feliz Cumpleaños.

— Gracias, espero que en esos días estés junto a mi — le dijo, y recordó.

Los días en los que se escondía, en los que tenía mucho miedo de perder a su madre. Esos días en los que la cólera de su padre se volvía verdaderamente temerosa y deseaba ser realmente un chico fuerte para protegerla. Deseaba hacer desaparecer a ese hombre que le hacía daño a su madre, quería que desapareciera.

— Estoy nervioso — bajó la cabeza — No sé cómo debo comportarme con ellos, no sé que debo decir, dime mamá, ¿qué debo hacer?

La mujer tomó las manos temblorosas de su hijo y las besó.

— Solo sé tú, ellos verán la hermosa persona que eres, Jimin. Te querrán, ya verás.

Eso esperaba.

— De nuevo es una fiesta de máscaras, no sé por qué tu padre lo ha elegido así.

— No fue él, fui yo — habló — Sabes que me encantan las máscaras, así que decidí que quería usar una hoy.

Su madre asintió y lo dejó ir. Jimin salió de la habitación y se encontró con su padre fuera de esta, hizo una reverencia al hombre y lo miró.

— Ten — le extendió una máscara blanca con adornos dorados — La has olvidado.

Jimin la tomó sin decir una sola palabra. No quería verlo, últimamente cada vez que lo veía sentía asco, rencor y por supuesto, miedo. Esa persona frente a él era a quién más temía.

Nunca, que el pelinegro recordara, se había comportado como un verdadero padre. Todo lo que hacía era enseñarle cosas crueles, destruyendo su inocencia y acabado con su vida.

Jimin debía ser el ganador, Jimin debía ser el fuerte. Jimin debía acabar con su presa. Jimin debía ser una mala persona. Eso era lo que su padre le enseñaba y si él no lo aprendía, era castigado.

— Señor — uno de los empleados llegó hasta ellos. Se veía algo nervioso — Necesito que venga conmigo, es urgente.

— Ve a la fiesta, tu madre y yo te alcanzaremos allí — le ordenó y se dió la vuelta alejándose de su hijo.

¿Qué podría pasar? Jimin estaba curioso, siguió a su padre y lo vió bajar a los pasadizos que habían debajo de la mansión. Se quedó parado en la entrada, él odiaba ese lugar. Cuando supuestamente se portaba mal, ahí es donde iba a parar, encerrado en uno de los oscuros calabozos por días.

Se llenó de valor y entró, buscando el camino por donde se había ido su padre. Escuchaba voces así que le fue fácil encontrar su localización.

Se escondió detrás de la pared y observó, había un hombre allí. Estaba en el suelo lleno de golpes y lo rodeaba un charco de sangre, juraba que lo había visto alguna vez. Pero no podía recordar.

¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué estaba haciendo su padre? ¿Acaso él fue quién le hizo eso a ese señor?

Sus manos temblaron y un gran dolor se apoderó de su corazón.

— ¿Creías que te iba a dejar salirte con la tuya? — habló el Señor Park con una sonrisa sarcástica — El único heredero de esta familia soy yo y seguiré siendo yo.

— ¡Park MinSuk! — gritó el hombre en el suelo — Soy tu hermano, ¿cómo puedes hacer esto? — sollozó en el suelo

Ya lo recordaba, ese hombre era su tío. Solo lo había visto unas dos veces así que por eso no lo recordada.

— En este momento, solo eres alguien en mi camino y no me gusta tener a nadie en estorbando — tomó un arma y los ojos de Jimin se abrieron de parar en par.

No, su padre no iba a hacerlo. Él no...

El disparo se escuchó y retumbó en los oídos del pelinegro. Vió al hombre caer y ahogó un grito al ver la sangre salir de su cabeza.

— Jimin, ¿qué haces aquí? — su padre lo había visto.

Las lágrimas de Jimin cayeron por sus mejillas y echó a correr al ver a su padre acercase.

Era un asesino, su padre era un asesino.

Era un asesino, su padre era un asesino

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Mask; pjmWhere stories live. Discover now