35 Final.

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Jimin nunca había tenido nada en su vida, de eso se dio cuenta tarde

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Jimin nunca había tenido nada en su vida, de eso se dio cuenta tarde.

Miró por última vez a TaeHyung y limpió sus lágrimas, sabía que era tarde para llorar o arrepentirse de algo. Toda su existencia había sido de esa forma, él mismo lo había elegido así cuando decidió que nada le importaría más que él mismo. Pero incluso la persona más fría del mundo puede sufrir, hasta el ser mas seco puede caer enamorado y Jimin no había sido la excepción.

Había sufrido y amado, algo de lo que quiso huir sin poder lograrlo.

Los dos jóvenes salieron de la mansión y observaron a Jimin arrodillado frente a Tae, el castaño no parecía estar bien. SunJi se asustó y se acercó a ellos quedando postrada a su lado. Su corazón se vino abajo cuando vio que el chico no respiraba y que sus ropas estaban manchadas de sangre.

— Jimin... — miró al pelinegro quién no parecía consciente de su presencia.

— SunJi — SeokJin la tomó del brazo y la atrajo hacía él — Tenemos que irnos.

— No, espera. Tenemos que ayudarlo.

Dijo con lágrimas en los ojos, no podía creer que Jimin haya dañado a TaeHyung.

— Está muerto, no hay nada que hacer...

(...)

La policía había llegado al lugar horas después luego de la denuncia puesta por Kim SeokJin, sin embargo no encontraron nada. Ni Jimin ni TaeHyung estaban en aquella casa, no habían rastros de sangre ni del cuerpo. No había nada.

Tomaron al joven como un loco bromista que estaba aburrido y quería molestar.

— ¿Por qué no les dijiste? — preguntó algo molesto. Había quedado como un mentiroso ante la policía y se había salvado de una denuncia por difamación — ¿Estás loca? ¡Park Jimin tiene que pagar por lo que hizo, por dios SunJi mató a su primo. A una persona que solo quería el bien para él!

— Basta — fue lo único que dijo antes de levantarse de la silla y caminar hacia la puerta de salida.

La castaña caminó por el pasillo de los dormitorios y observó la puerta de la habitación de Jimin.

Apretó sus puños y mordió su labio para no llorar, ni siquiera sabía que pensar ni que hacer. Sabía que Jimin era un asesino, mató a personas inocentes. Pero, ¿en verdad había sido Jimin? No creía que ese pequeño pudiera hacer algo así, Jimin se había puesto una máscara luego de todo lo que sufrió por culpa de su padre. Así que esa persona que mató no era él. No podía ser él.

Suspiró y caminó hacia el cuarto de Tae, abrió la puerta y observó el cuadro en la pared. Allí estaban las pruebas que tanto habían buscado, con ellas podía culpar a Jimin y hacer que pagara por todo lo que había hecho, pero, ¿lo haría? Las tomó y se sentó en el borde de la cama leyendo los archivos.

Salió de allí y llegó a su habitación, sacó de su bolso una cerilla y comenzó a quemar cada una de las hojas acabando con lo único que podía terminar con Jimin.

¿Lo hacía por amor? ¿Lo hacía por él? ¿O lo hacía por TaeHyung?

No sabía por qué lo hacía, tal vez estaba siendo demasiado estúpida en quemar aquello. Quizás debió entregarlo a la policía. Pero, eso ya no lo sabría. Lo que estaba bien o lo que debió hacer, ella no entendía nada más.

Tomó un baño y se recostó en su cama cerrando los ojos. Al menos sabía que todos estaban a salvo y que Jimin quizás estaba muy lejos de ella.

(...)

Exactamente como lo pensó, a pesar de que la policía no tenía nada contra él, Jimin no volvió a aparecer.

Los meses habían pasado y su amigo se había recuperado muy bien y ya estaba asistiendo a la escuela. SeokJin había olvidado todo lo relacionado con Jimin o eso les hacía creer.

— La máxima puntuación — el peliblanco estaba muy feliz porque su exposición había salido de maravilla — ¿Qué vas a hacer hoy? Es el último día de clases, las vacaciones comienzan.

— Estoy muy cansada así que dormiré todo el día y luego haré las maletas. — sonrió — Compré un departamento con el dinero de la casa y me mudaré allí.

— ¿Quieres que te ayude?

— No, solo tengo que llevar mi ropa.

NamJoon se despidió de ella y SunJi subió hasta su habitación tirándose en la cama sin deseos de nada más que dormir.

Cerró sus ojos dispuesta a dormir todo el día pero algo la hizo abrir los ojos y quedar sentada sobre la cama con los ojos muy abiertos impresionada por lo que había acabado de escuchar, eran esos pasos. Esos pequeños trotes que jamás olvidaría y esa voz suave y delicada cantando aquella extraña canción.

Salta, salta sin parar. Corre, corre o te atrapará...

Se levantó de su cama y abrió la puerta viendo al pequeño al final del pasillo, lo siguió hasta afuera del lugar y lo perdió de vista cuando llegó hasta el jardín.

— ¿Por qué has vuelto? Se supone que no tienes nada que mostrarme.

— ¿Quién dice que no?

Se volteó de inmediato al escuchar esa voz y se encontró con Jimin a escasos pasos de ella. Verlo otra vez había sido impactante para ella tanto que sin poder controlarse sus lágrimas salieron sin permiso.

— ¿Crees que podamos comenzar de nuevo? — preguntó él — De verdad, si hubo algo real en toda mi vida fuiste tu, SunJi. Lo único que en verdad amé. Por favor...

— Para... — pidió con un hilo de voz — ¿Dónde estabas? ¿Qué hiciste con TaeHyung? Lo mataste, era tu primo...

— Fue un accidente — bajó la cabeza — No quise herirlo, nunca quise hacerle daño. Lo juro...

— Por favor, vete o llamaré a la policía — SunJi se giró para irse pero fue detenida por la mano de Jimin.

El pelinegro la abrazó por la espalda con fuerza y descansó su cabeza sobre su hombro.

— No te dejaré ir, porque si no eres mía, no serás de nadie.

Fin.

Mask; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora