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— ¿Ayuda? — rió con sarcasmo — No necesito nada de nadie, y menos ayuda

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— ¿Ayuda? — rió con sarcasmo — No necesito nada de nadie, y menos ayuda.

— Bien — SunJi lo empujó — Si no necesitas nada no vuelvas a pararte frente a mi, si lo haces llamaré a la policía y te acusaré de acoso.

Tomó su mochila la cuál había caído al suelo y le pidió a Jimin que abriera la puerta. No quería ser así con él, pero presentía que si seguía cerca más cosas extrañas seguirían pasándole y no quería eso. Estaba realmente asustada ya.

Jimin abrió la puerta y la dejó ir, no entendía como la chica había logrado ver parte de su pasado. No estaba asustado, pero se sentía amenazado y más porque había descubierto algo, era incapaz de hacerle daño a ella.

(...)

— ¿Qué fue lo que me dijiste que buscara? — preguntó SeokJin.

Se encontraba frente a la vieja y demacrada mansión junto a su amigo. Quería ayudar a SunJi a estar bien, estaba preocupado por ella. No sabía si solo era su imaginación o en verdad la chica estaba presenciando acontecimientos paranormales. Él no creía en nada de eso, pero los relatos de SunJi se parecían mucho a la realidad. Y ambos, él y NamJoon, habían decidido volver a la mansión e intentar buscar los pasadizos que había “visto” su amiga.

— Entremos y busquemos esos pasadizos — dijo el pelirubio — Estoy seguro de que si en verdad existen, estarán aquí.

Jin lo miró con el ceño levemente fruncido, NamJoon parecía creer en todo aquello.

— ¿Qué pretendes que hagamos si en verdad existen? — se cruzó de brazos esperando la respuesta del otro chico.

Nam se quedó pensando en su pregunta, ¿qué pasaría si en verdad existen? Pues si eso llegara a ser real, estaba seguro de que algo muy oscuro había ocurrido allí años atrás y él quería descubrirlo para poder ayudar a su mejor amiga.

— No lo sé, por ahora solo busquemos. Después buscaremos que hacer — SeokJin asintió y dio una paso hacia delante, pero fue detenido — No le digas a Sun que estuvimos aquí, no quiero preocuparla.

— Está bien, no le diré nada.

Ambos caminaron hacia la entrada de la gran casa. Decidieron separarse para abarcar más espacio. NamJoon decidió ir por el lado de la cocina y el gran salón. En el suelo pudo ver el candelabro echo pedazos. Pasó por la cocina pero no encontró nada más que ratas escurridizas.

— Odio las ratas — bufó.

Por otro lado, Jin había decidido subir las escaleras llegando al gran pasillo, miró el ventanal y recordó que SunJi lo había mencionado. Retomó el paso y sintió la madera rechinar bajo sus pies, era escalofriante. Llegó al final del pasillo sin encontrar nada y cuando se iba observó una puerta que era diferente a las demás. La abrió y vio escalones que bajaban hacia la oscuridad.

— Lo encontré — dijo, y no pudo evitar que su piel se erizara.

Al fin y al cabo todo iba a resultar ser verdad. Tomó su celular para llamar a Nam y que subiera, pero alguien le habló. Del susto dejó caer su celular por las escaleras.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó Jimin molesto.

— Mm... — Jin sonrió — Nada, solo estaba dando una vuelta y decidí entrar. Me gustan las casas grandes.

Intentó no parecer impresionado al ser atrapado en esa casa. Jin no le prestó mucha atención. Seguía preocupado por saber si de verdad eran los pasadizos que había visto SunJi y también por su celular, ahora no tenía con qué alumbrar para bajar a buscarlo.

— No puedes entrar aquí — Jimin se acercó — Recoge tu celular y lárgate antes de que te denuncie por irrumpir en mi casa.

Jimin tenía un aura aterradora aquel día. Estaba molesto por todo lo que estaba pasando a su alrededor y ver a SeokJin empeoró todo. Odiaba a ese chico por tener el corazón de la chica que tanto deseaba, para él, Jin era un estorbo y estaba dispuesto a quitarlo de su camino.

— Hey, cálmate — el menor alzó sus manos en señal de paz — No tienes que ponerte así. No era mi intención molestar, además ya me iba.

Observó hacia todos lados, no había nada que encender.

— ¿Puedes prestarme tu celular? Necesito la linterna para buscar el mío.

Pidió y Jimin sacó el de él de su bolsillo. Encendió la linterna y alumbró hacia las escaleras, Jin le agradeció y bajó para buscar su celular.

Fácilmente podría dejarlo encerrado allí para que se pudriera solo y no volviera a meterse en su camino, ¿cómo podría él hacer eso? Jimin observó un escombro en el suelo y lo recogió. Tan solo un golpe y Jin quedaría inconsciente. Apretó el palo con su mano.

— ¿Jin? — fue interrumpido por NamJoon quién buscaba a su amigo.

— Estoy aquí — apareció Jin subiendo por las escaleras con su celular en la mano — Diablos, la pantalla está destrozada — bufó y lo guardó — Gracias, y disculpanos por entrar. Nos vamos.

Le hizo una seña a Nam y se fueron de allí sin decir una palabra. Llegaron al auto y se miraron.

— ¿Qué pasó?

— Lo encontré.

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Mask; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora