Errante

39 2 0
                                    

Trato de caminar hacia adelante y no puedo evitar mirar a mis espaldas, buscando figuras y sombras por el rabillo del ojo. Miro atrás y veo aquella casa, ahora en ruinas, devorada por la nostalgia, y el ancla firme y oxidada que me envenenaba pero al mismo tiempo mantenía mis rodillas en el suelo. También te veo a ti, o al menos parte de lo que una vez fuiste, lo que solíamos ser. Pero no puedo seguir apoyándome en una carcasa envuelta por huesos, ceniza, polvo, gangrena, recuerdos, falsas esperanzas... una marioneta completamente vacía y sin titiritero.

Por mucho que tema y desconozca, ya he perdido todo lo que un hombre de anhelo y silencio puede perder. Y por mucho que riegues el árbol, tarde o temprano se pudre. Así que con el cuello dislocado y los pies de plomo, lo único que me queda es caminar.

Aunque sea arrastrándome,

sin piernas,

sufriendo en silencio,

llorando sin lágrimas,

ahogándome en ellas,

respirando tu muerte,

exhalando recuerdos,

convirtiéndome en humo.

Solo puedo seguir caminando hasta dejarlo todo atrás. Dejaré de pensar en ello, de darle vueltas... y caminaré, hasta que el jilguero vuelva a visitarme, hasta que mis piernas no cojeen, mi corazón deje de sentir y el olvido sea lo único que pueda recordarte.

Noches de verano en primaveraWhere stories live. Discover now