Camina torcida, desolada, con la mirada perdida en los charcos.
Vive dando bandadas desesperadas, esperando que, algún día,
Deje de acompañarla el cielo gris,
Y pueda volver a ver su reflejo.Sufre angustia.
La corroe, la devora, se hace con ella y toma el control.
Pero aun así, nunca deja de buscar piel entre sus escamas.
Piensa que, después de todo, se merece algo mejor.
Mareada, se levanta.
Llueve sin descanso, pero se levanta y camina.
Una vez más, baja la mirada para buscar su cara reflejada en el agua.
Dos ojos rojos la observan.
Y emergió.
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Noches de verano en primavera
RandomPequeños textos en los que me expreso y reflexiono abusando del uso de figuras retóricas.