Capitulo 12 - Final

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Cuando una pared es pintada y reseñada varias veces... tu vez al final una pared lisa, pero debajo de todo ese arreglo están los agujeros, las grietas, las capas de pintura.

Noah y yo no éramos los mismos, no volvimos a ser los mismos, me di cuenta de que yo quería de vuelta aquel chico que conocí en la universidad, quería aquel marido que tenía al principio. Y cuando vi aquel hombre que dormía conmigo... llore. Llore porque lo había perdido, pero no era mi culpa. Él se había ido. Había intentado regresar las cosas por aquel hombre que había amado tanto y así lo vi, yo ame al Noah que conocí, no amaba en lo que se había convertido.

Fue muy difícil decirlo en voz alta, había momentos que veía a mi novio en él, había momentos en los que veía a mi amor en él. Pero luego recordaba a cuantas reuniones no me había llevado, lo mal que me había sentido al descubrir que él había ocultado por un momento mi existencia, lo enferma de dolor que me sentí cuando lo vi con otra, cuando lo imaginaba con otra.

Todas esas discusiones después de navidad, todas fueron porque yo no confiaba en él y una parte de mi seguía enojada por su traición. Sentí que Noah estaba enojado por no tenerme de la misma manera que lo hacía antes. Y era que él no podía tenerme de esa manera porque yo tampoco podía tenerlo a él de la misma manera, ya no éramos los mismos.

Estaba triste por no seguir siendo esa feliz y absoluta enamorada que era antes, sentía un coraje nuevo hacia Noah, él había matado esa parte ingenua y soñadora sobre el amor que había en mí. Y eso era algo que no iba a recuperar.

Noah discutió conmigo todo el tiempo que hice las maletas, no podía creer, según él lo "dramática" que estaba siendo, lo egoísta por solo pensar en mi dolor al irme. Y tal vez era así, tal vez él estaba sinceramente arrepentido de lastimarme y mi abandono iba a dolerle... pero yo no quería seguir, no me hacía feliz, así que no tuve respuesta que darle, Annie podía haber dejado de llamar, él podía haberse comprometido a serme fiel, pero el daño estaba hecho, ya no podía amarlo de la misma manera.

Eran pocos los buenos momentos, y eran más los malos momentos, las preocupaciones, las inseguridades y peleas, que no valía la pena intentarlo. Sobre todo cuando en mis sentimientos había tanto coraje, tanta ira. La verdad era que yo tampoco podía dejar ir por completo su infidelidad, creía que lo había perdonado pero la sorpresa fue que no.

No pude dejar NY, mamá quería tenerme de regreso en casa pero Noah se negó a darme el divorcio.

En parte lo entendía, yo había estado terca en dejarlo ir. Por lo cual me mude con Rebecca y Ella, ellas parecían tristes por mí. Donna parecía interesada en que viera que no era el único hombre. Noah se desquito con ella, fue despedida la misma semana que pedí el divorcio y saque mi última caja del hogar que compartía con él. Donna lo tomo con gracia, ella era una alegría en mi vida y era curioso pensar que fue una infidelidad de mi marido y ahora era una gran amiga, yo estaba más enojada por su injusto despido que ella misma, fue tan alegre y convincente que en vez de mudarnos las tres juntas, nos mudamos cuatro.

Cuatro solteras algo maduras, viviendo en la gran manzana. No era "sex and the city" No teníamos lujos y era un combate por el agua caliente, pero el piso era decente y me sentía feliz al vivir con ellas, se sentía correcto.

No volví a recibir una llamada de mi suegra, evitaba a toda costa hablar con Noah, pero como no cedía en el divorcio tuvimos que vernos con nuestros abogados. Cada vez que tenía que verlo, me dolía por dentro. No por el hombre que se sentaba frente a mi alegando que no había indiferencias, si no por el joven que conocí, del que me había enamorado. Cada vez que me reuní con él, cada vez que lo veía de frente... su recuedo iba muriendo.

Al final, lo odie un poco por haber magullado mis buenos recuerdos. Yo sabía y creo el también, que un amor como el que yo le ofrecía no se encuentra dos veces, lo odie otro poco por la inocencia que me había robado; mi poco cinismo, la nueva negatividad, el realismo en mis palabras... todo eso, era su culpa.

Cuando me arte, le pedí a Donna que declarara en su contra. Ella casi bailo.

Me asombre mucho con la indemnización que me dieron por orden del juez, una parte de mí no quería nada de él. Pero gano la idea de poder comprar boletos de avión para visitar a mis padres con más frecuencia, despues de todo ahora si estaba comoda en NY.

Cuando visite a mamá ella ya sabía todo, papá tuvo la versión ligera del problema, estaba enojado con Noah y orgulloso de mí por ser según él; fuerte. Pero si supiera... tarde en dejar de llorar y mucho en que dejara de dolerme tanto, después de todo él fue mi primer amor, mi esposo y se había acabado.

Visite a mis padres muy seguido, en eso me gastaba el dinero que Noah por ley tuvo que depositarme, a él, no lo volví a ver.

La vida tardo en ser buena otra vez, Elle consiguió novio y parecía algo muy serio. Donna se divertía mucho cuando pasaba la noche en nuestro departamento, las paredes eran delgadas y Elle era ruidosa. Donna la imitaba por las mañanas y explotábamos de risa. Rebecca pinto cuadros nuevos, a veces posaba para ella. La clínica donde trabajaba me recomendó a un refugio de mascotas, tenía más trabajo con eso. Donna después de mucho buscar sin carta de recomendación, encontró trabajo en una empresa transportadora. Juro jamás volver a dormir con alguien del trabajo.

Cuando Elle se comprometió todo fue por un rumbo nuevo. Me anime a salir, no buscaba encontrar el amor de nuevo pero tampoco quería estar en casa.

Mamá quería que dejara pasar un tiempo para buscar algo serio, eso no evito que con el tiempo me animara a salir y conocer a alguien nuevo. El primer hombre con quien compartí la cama fue un fracaso para mí, el sexo fue bueno, pero mi traicionera mente no dejo de comparar, y eso estaba mal. No había sabido nada de Noah pero tal cosa no evitaba que la melancolía me alcanzara algunos días, a veces me pregunto si podré olvidarlo y sé que nunca será así, fue el primero y esas cosas no se olvidan, se aprende a vivir con ellas.

Pero las cosas nunca me salen como planeo.

Hacia un año que me había divorciado de Noah, para mis 26 años me sentía nueva pero más sabia.

Elle se había casado, Donna tenía algo casi serio. Rebecca seguía pintando y yo no buscaba nada o esperaba nada. Un día, Rebecca recibió una solicitud, un gran pedido de pinturas de diferentes artistas, ocupaba una mano y yo tenía días libres, recorrimos algunas galerías y terminamos la entrega en una casa de clase media. El cliente, era un joven profesor de arte que se había mudado a la ciudad, James.

Ese día vi a un hombre que rondaba mi edad, guapo, simpático y amable.

Me invito a salir la siguiente vez lo vi. No era el primer hombre con el que salía, pero no esperaba que me agradara tanto salir con él o que me emocionara tanto una segunda cita.

Si alguien me hubiera dicho que ese hombre iba a ser dentro de unos años...mi segundo esposo... no lo hubiera creído.

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Bueno, si tenemos final cerrado. Pero! aun falta el Extra de Annie 

:P Creo que soy la única que no la odia, bueno... he aprendido a tenerle pena. 

No todo fue MaloWhere stories live. Discover now