Capítulo 2

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En cuanto llegamos nos dimos cuenta de la mirada del director. Estaba igual que siempre. Eso era aterrador en serio. Su profunda y castaña mirada que todos odiaban ver, pero, que nadie podía dejar de hacerlo. Era como mirar dentro de un agujero profundo donde se veía cada vez más oscuro y vacío.

Su oficina era muy grande. Su escritorio estaba en el centro de ella, y aún quedaban como dos metros de espacio. Había grandes ventanas de arco por cada pared. Y una bandera de Astéri: un enorme pedazo de tela con dibujos de una nebulosa y un círculo luminoso que en el centro tenía una A.

— Muy bien, estrellas —dijo el gerlo con su voz escalofriante— pasen por la puerta que está ahí.

Nos señaló una puerta en el fondo de su oficina. Éramos alrededor de cincuenta estrellas contando a todos los salones. Por lo que tuvimos que entrar de unos cuantos, y tardamos como minuto y medio. Lífsero estaba junto a mí, con su brazo atado al mío.

Era un auditorio subterráneo. Había asientos suficientes para toda la escuela. Y un escenario con un podio en medio. Todos ocupamos un asiento. Lífsero y yo usamos los de primera fila. El director subió al podio y ajustó el amplificador de ruido. Un prisma triangular que al sujetarlo, la voz sonaba más fuerte.

— Ahora pasará con ustedes el gerlo que les presentará todo —dijo él— su nombre es Kano.

Pasó al escenario un gerlo, Morado, de cabello negro y cejas enormes. Él era más joven que el profesor. Unos veinte años de existencia. Tenía una caja de recuerdos en la mano. La colocó en el podio y dijo:

— Hola, ya saben mi nombre —dijo sonriendo—. Les presentaré unas cosas que son muy secretas, no pueden comentarlo con nadie. Ni sus padres, ni sus hermanos, ni sus otros amigos. ¿Entendieron?

— Sí —contestamos todos al unísono.

— Bueno. —Continuó. Su caja de recuerdos comenzó a proyectar un lugar no muy extraño, pero totalmente diferente al nuestro—. A esto le llamamos "La Tierra". —El recuerdo era tan bueno, que incluso al mirar atrás, seguía presente— Es un lugar no muy lejos de aquí. Pero nadie puede ir a él. Sólo unos cuantos. En este mundo las cosas son muy parecidas, pero difieren en casi todo. Por ejemplo, a las galis las llaman mujeres. A los gerlo, hombres, y a las estrellas en conjunto se les llama, personas, o gente. A los nidos, casas. Es muy extraño.

— Y si es tan extraño, ¿por qué nos lo muestras? —preguntó un Rojo al final de la sala.

— Porque ustedes podrían ir a visitarlo. Les haremos unas pruebas. Éstas decidirán quién es el Peleador más apto para bajar, e investigar todo lo que necesitamos saber de este lugar. Las llamamos Los Combates de Astéri. Esta prueba comienza, específicamente, en la mitad del año, el primer día del Sexto Mes, que es el día ciento noventa y dos, de trecientos ochenta y cinco, y el inicio de vacaciones de fin de cursos, y termina aproximadamente en mes y medio, eso si no hay complicaciones.

El año duraba trescientos ochenta y cinco días, por eso ciento noventa y dos es la mitad, y el mes tenía treinta y dos días, así que sería bastante tiempo.

— Y ¿por qué exactamente nosotros? —preguntó Lífsero.

— Es fácil. Ustedes tienen los años de existencia suficientes para ser nuestros Peleadores. No son ni muy ancianos, ni muy menores. Son el punto perfecto. Hasta que cumplan los veinte años.

— Y ¿hay más como nosotros abajo? —esta vez sí fui yo. Mi curiosidad no me dejó seguir.

Kano miró a Proteo, éste asintió en aprobación.

— Mira —continuó el gerlo en el podio— esto lo hemos hecho cada año desde hace cinco años, esta sería el sexto. Pero todo se queda en secreto. Los demás ciudadanos no pueden saber que pasa aquí. Si lo llegan a saber puede haber complicaciones mayores.

Los Combates de Astéri [La Trilogía de las Estrellas 1]Where stories live. Discover now