Capítulo 3

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— No te dan instrucciones para guardar un secreto —dijo Cetta haciendo comillas y enfatizando—. Eso es muy ímero como para siquiera pensarlo.

Estábamos caminando al nido. Éramos vecinos, por eso es que nos conocimos. Salíamos a jugar todos los días. Lífsero vivía al lado. Cetta en frente. Todos los días teníamos que pasar por un callejón oscuro. Había un camino más luminoso, pero es más largo, por eso no lo usábamos.

— ¿A qué te refieres? —pregunté

Inmediatamente se detuvo, y no hizo frenarnos.

— A que más que darte instrucciones, te hacen olvidarlo. En cuanto entramos a la oficina del director había unos diez gerlos esperándonos. Todos tomaron a unos cuantos. Otros corrimos a la salida, pero estaba cerrada. No había forma de salir.

» Entonces nos atraparon a todos. Nos pusieron algo que llamaron flux, en un pequeño pañuelo, en la boca. Era para dormirnos. No sé cómo lo hice, pero de alguna forma no respiré hasta que me quitaron. Fingí estar dormido. En ese momento abrieron la puerta. Y mientras inyectaban a los demás con una jeringa con líquido azul... no recuerdo el nombre. El punto es que lo ponían en el cuello de todos. Empezaron del otro lado de mí.

» Tuve tiempo para correr. Uno de los gerlo me vio, me persiguió. Por suerte encontré un escondite entre unas cortinas. Ellos corrieron y corrieron, y cuando los perdí de vista me fui de ahí. Regresé al nido. Hice como que nada había pasado, ¿ustedes me habrían creído? —Hicimos gestos entre Lífsero y yo—. Sólo seguí con mi vida, y ahora veo que ustedes ya son de los que se quedaron.

» Y si están ocultando algo, espero que ustedes lo descubran. Que no haya sido en vano todos los que perdieron el recuerdo. Y más vale que logren conseguirlo. Ganen, y sabrán que es lo que quieren, pero investiguen desde dentro. Nos comunicaremos entre nosotros con telepatía. Sólo espero que no las bloqueen.

— ¿Es éste líquido azul? —pregunté sacando la jeringa de mi bolsillo.

— ¡Sí! Es eso. ¿De dónde lo sacaste?

— Lo tomé. Estaba en el piso. Aún tiene algo.

Cetta lo tomó con una mano. Y lo examinó detenidamente.

— ¿Lo ven? Es por esto por lo que deben ganar, y averiguar que están tramando.

» Además —agregó— ¿Recuerdan a Dudel y Preo?

— ¿La gali y el gerlo que cambiaron de escuela el año pasado? —pregunté.

— Los mismos. —Asintió rápidamente—. ¿Tienen idea de qué les pasó?

— Cambiaron de escuela —reafirmó Lífsero, con tono irónico.

Yo solía trabajar en dirección porque necesitaba puntos extra, y los compraba con trabajos aburridos cuando no estaba en clase como llevar bebidas o comida a los profesores, hacer anuncios a los alumnos y rearchivar papeles, y gracias a eso, siempre estaba al pendiente de quién entraba o salía de la escuela. Las madres de estas estrellas llegaron a la dirección a informar que sus hijos ya no irían a la escuela y posteriormente me tocó dar el anuncio a mí. Cuando le dije a Cetta, él se sintió muy mal porque ambos eran amigos suyos.

Cuando intentaba buscarlos ya nunca los encontraba.

— ¿Y qué sabes de ellos ahora? —preguntó Cetta a Lífsero. Pero ella no supo responder.

No sabía qué pensar con exactitud. Estaba demasiado confundido.

— Y ¿qué pasa si perdemos?

— No lo sé. Pero estoy seguro de que les borrarán la memoria. Así que estén atentos a lo que pueda pasar.

Si lo que decía era cierto, entonces Cetta había perdido dos estrellas por culpa de esas cosas.

Los Combates de Astéri [La Trilogía de las Estrellas 1]Where stories live. Discover now