Capítulo 71

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Los detalles fueron mínimos pero con paciencia, respondiendo cada una de las indiscretas pregunta de de su mafa, Jungkook les contó cómo era que había sucedido todo sin permitir que su alma gemela se incomodara dando explicaciones.

El deseo sincero de salvarla, unido a la capacidad genética del luniano, fueron los factores que permitieron que esa tarea se llevara a cabo. No compartía un sentimiento de amor pero sí de cariño y preocupación. La energía de las almas funcionaba de manera simple pero inexplicable. Era algo que aunque fuese descubierto quizás no sería de ayuda para muchos, por la sencilla razón de que muy pocos seres de Luna Dorada se permitían las emociones o los sentimientos si no eran dirigidos exclusivamente a sus almas gemelas o progenitores.

Aún así, era un gran avance para varios mundo, algo que fue descubierto por el príncipe Eidon cuando estaba atravesando uno de sus momentos más desesperados. Muchos pensamientos corrieron por la mente de los presentes, entre los que se incluía la muerte de Esir y, en el caso de Nana, a su padre.

— Es una suerte haber contado con la ayuda de Eidon y de Dionysus para poder salvarme a pesar de todos los estrago que causé y estoy causando en su relación. Tienen corazones muy puros, eso los hace aún más especiales de lo que ya son. — Nana agradecía sinceramente desde el fondo de su corazón.

Estaba consciente que eso era algo temporal, ese fue un proceso único que no pensaba volver a repetir aunque estuviesen dispuestos hacerlo. Ya estaba cansada y no tenía ningún motivo para continuar luchando por su vida, no tenía a nadie y su mundo sabía que estaría en buenas manos si alguien como su sobrino lo regía soberanamente tras su partida. No quedaba mucho por hacer, sus únicos objetivos ahora era organizar todo para la sucesión de Taehyung, ayudar en el rescate de Kore y, si le daba tiempo, participar en el.

Quería por una vez estar rodeado de algo similar a una familia. Verlos a todos juntos y felices también deseaba ver la unión de sus mundos y de sus especies, eso era algo que quería realizar en el nombre de su madre. Era una muy vaga forma de honrarla y venerarla pero ya muerta, no había mucho que pudiera hacer por ella.

Hubo incomodidad, no había forma de que no la hubiera pero de cierta forma, todos estaban animados, eliminando un obstáculo más que aparecía en sus vidas. No era color de rosa, en ningún mundo, ningún ser tenía una vida plena de momentos felices que daban la felicidad pero era una que valía la pena vivir y disfrutar. Una por la que agradecían a pesar de todos sus pesares.

No pasó mucho tiempo para que el timbre sonara y la llegada del notario fuera un hecho. No solamente él, sino los amigos de los novios, Namjoon y Jin, quienes por un momento ya se habían hecho a la idea que no había boda poniéndose felices cuando recibieron la llamada diciéndole que siempre sí habría una. Definitivamente no era el mejor ánimo para una boda pero, el momento era idóneo. ¿Cuándo podrían volver a estar todos reunidos?

Tres parejas rebozaban felicidad y aunque lo negaran también preocupaciones, sin embargo estaban dispuestos a disfrutar y vivir el momento dejando de lado todo lo que pudiera ocurrir horas más tarde. El futuro era incierto y solo ese momento en el presente, tenía importancia.

Jungkook y Taehyung entrelazaban sus trémulas manos frente aquel trajeado hombre que tenía frente a él, en una mesa, los documentos que sellarían esa unión. Detrás de ellos, sosteniendo sus hombros y con sonrisas cargadas de orgullo, se encontraban sus padres. Permaneciendo a sus lados la última pareja en llegar y la erisiana, quien, sin que la ceremonia civil hubiera dado inicio, continuaba derramando lágrimas. Claramente ella no era la única, cada uno de los presentes estaban de igual manera.

— Desde mi llegada a este planeta fui bendecido con tu presencia. Fuiste la mano amiga que me sostuvo, quien me orientó y me hizo conocer lo que eran las emociones. Me diste la vida porque, aunque haya salido de mi mafa, contigo volví a nacer. Tú, Atojeon Dionysus Kim Taehyung, futuro atemin de Luna Dorada, padre de mi hijo y alma gemela, eres lo mejor que me ha sucedido, lo más valioso que tengo. Es por ello que, aunque quizás no es la boda que te mereces, he querido unirme a ti en matrimonio. Para entrelazar aún más nuestras vidas y desde hoy comenzar a transitar un camino como esposos. Siempre al lado uno del otro, compartiendo todo lo que la vida nos depare en el futuro. Juro que siempre estaré a tu lado velando por la seguridad tuya y de nuestro frijolito.

Amor LunarWhere stories live. Discover now