Decídete.

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Lucifer no parecía muy feliz de las esposas en manos y pies, y de los sellos bajo su silla, pero no había otra manera en la que pudiese quedarse en el bunker y los Winchester no permitirían que se fuera a vagar por el mundo.

La mirada enfadada se centró en el ángel que se aseguraba de que las esposas estuviesen en su lugar, al igual que los sellos sobre el cuerpo de Luci. Todo era tan bonito hace media hora, con la luna y las estrellas, el beso romántico y toda esa mierda cursi. Era una maldita estafa. Lucifer estaba enojado con Castiel, los Winchester, el amor, Nick y su estúpido novio, y Chuck también, solo por culpar de algo más a su padre.

- ¿Qué voy a hacer aquí todo el día? – Interrogó el arcángel.

- Puedo dejar la radio encendida si quieres.

La mirada que Satán le devolvió, sugería que no le había gustado la idea. No había grandes comodidades que brindarle, pero debería agradecer que estuviese allí y no encerrado en una jaula a quien sabe cuántos kilómetros bajo tierra.

- Solo será por un tiempo, ¿Si? Hasta que yo...

- ¿A qué te decidas si me quieres muerto o no? – Reclamó.- ¿Qué soy? ¿Tú zorra de turno?

- Pues hasta ayer no éramos mejores amigos exactamente, Lucifer. – Replicó, cruzándose de brazos. – Sea lo que sea que nos hicieron Nick y Jimmy, quizás exista una manera de librarnos de ello.

El rubio no contesto, dando por terminada la conversación. Castiel salió de allí, escuchando la voz del otro antes de cerrar por completo la puerta.

- Iluso.



Dean y Sam le esperaban en el pasillo, apostados como guardias, con la misma mirada juzgadora de antes. Castiel agachó la cabeza, sabiendo bien sus errores.

- ¿Qué hacemos ahora? ¿Cuidarlo como nuestra mascota? ¿El pequeño Satán? – Ridiculizó el hermano mayor. –

- Dean, no es algo que pudo controlar y nos lo advirtió... - Intervino Sam.

- ¡Oh! Disculpa, ahora resulta que el amor lo vuelve idiota. –

Castiel no tenía padres pero en momentos así, sabía perfectamente lo que sentía un niño al escuchar discutir a los suyos. Usualmente era esto, los Winchester no estaban de acuerdo en la mayoría de cosas, pero encontraban un equilibrio. Dean era el policía malo y Sam el policía bueno, la mayoría de veces, convirtiendo a Cas en el sospechosos o la víctima.

Estas discusiones continuaban hasta volverse algo personal o que ambos se complotaban en contra del problema, o sea, el ángel.

- Solo necesito tiempo. – Rogó, deteniendo repentinamente la pelea de hermanos. – Estoy demasiado confundido y sus "debates" no me ayudan.

Se abrió paso entre sus amigos y se dirigió a la sala. Jack estaba allí, tecleando en su computadora, suspendiendo todo lo que hacía cuando su padre se sentó a su lado.

- ¿Estás bien? – Interrogó el nephilim, mirando la evidente melancolía en los ojos de su padre.

- Sobrevivo. – Sonrió al joven, logrando el reflejó de esa sonrisa.

- Siempre me lo dices, creo que es mi turno de decirlo. – Sopesó. – Todo estará bien, papá. 

Incontrolable.Where stories live. Discover now