El Libro - Parte 2

168 34 17
                                    

El papel dejó atrás su gris ceniza y, como un rompecabezas, fue encontrando sus piezas armando hoja a hoja con lentitud. Cada hoja era un suplicio para Jack, pero podía hacerlo. Desde la página principal, cada nombre iba a encontrar su lugar, uniéndose al de su pareja. La tinta volvía a dibujar letras enoquianas a lo largo y ancho de cada página, abriéndose paso por el pasado. El dorado del borde en las páginas comenzaba a relucir con la intensidad que Naomi recordaba. E incluso los nombres de la familia Winchester se reescribía.

El chico tardó un poco más en cada página que pasaba, acercándose al presente. Entonces, Castiel cayó de rodillas. El pecho le apretaba y un dolor punzante se agravaba con cada latido de su corazón. Sentía  cada pulsación retumbar en su caja torácica. Lucifer le sostuvo contra él, y no tardó demasiado en experimentar lo mismo.

Su lazó se estaba rompiendo, pero en vez de cortarse, de desgarraba poco a poco, arrancándoles la vida.

Al darse cuenta del caos detrás de él, Jack no pudo evitar desconcentrarse y mirar. El libro estaba dañando a sus padres, ya que sus nombres no estaban allí. No existe forma de que pudiera escribirlos con sus poderes y estaba tan cerca de la última página.

- ¡Solo Hazlo, Jack! - Alentó Castiel en mitad de su agonía.

- ¡No! ¡No puedo! Son mis padres, no puedo hacerlo.

Lucifer y Cas se encontraron en una mirada, sabiendo exactamente cuál era el mensaje. Siendo el más fuerte, el rubio se puso en pie, con algo de ayuda de Sam. Empujó al nephilim y lo orilló a poner las manos una vez más sobre el libro.

- Hazlo, Jack. - Ojos llorosos se voltearon a verle. - La humanidad es más importante que dos ángeles caídos.

Y podría morir allí mismo, sin que nada más le importara, salvando al mundo que quiso destruir. Cas estaría a su lado, aún después de que la realidad se apagará para sus ojos y sabía que su hijo disfrutaría del mundo que amaba.

Jack se guardó las lágrimas y continuó con su trabajo. Lucifer retrocedió tan solo un paso, para luego dejarse caer por completo en los brazos de Sam. Mientras, Dean llamaba a Castiel, pero este estaba inconsciente desde que el arcángel se alejó de él.

La última página se llenó danzando en tinta negra, tan líquida como la sangre que derramaba de la boca del ángel y el arcángel hacia el blanco suelo del cielo. El último borde dorado y Jack se giró a ver la catástrofe de su vida.

Dean sostenía a Cas y Sam a Lucifer, pero ninguno de los dos se atrevía a revisar los signos vitales de la pareja. Sus manos caían sin vida, y en un mal chiste del destino, parecían buscarse entre sí.

Quizá Dios, quizás cupido o quizás el amor hacia sus padres, pero algo iluminó la mente del nephilim. En un esquinero del altar había una pluma dorada.

- ¡No, solo Dios puede hacer eso! - Intento interferir Naomi.

Jack se apuró a sujetarla y no derramar lágrimas sobre el libro. En el enoquiano más perfecto que su padre adoptivo le enseño, el nephilim escribió los nombres de Lucifer y Castiel. No sabía lo que pasaría, pero estaba preparado para enfrentar a su propio abuelo si hacía falta.

Tardaron unos segundos, pero Jack sabía que algo grande se acercaba. El libro brillo, rechazando la unión escrita, rechazando un amor prohibido. Una explosión quiso hacerse paso para eliminar esos nombres, pero Jack se lo impidió. Con sus poderes atrapó la onda expansiva, apretándola contra el Libro del Amor, obligando a aceptar o arder una vez más.

Sus manos terminaron por chocar contra las hojas, y el brillo se apagó. 

Incontrolable.Where stories live. Discover now