Rotos.

211 34 22
                                    

Viéndolos ahora, sentados lado a lado, el cambio era evidente. Castiel tenía la mirada perdida, como ausente de esta realidad. Se sentía adormecido de emociones, quizá ni siquiera era capaz de sentir dolor. No pensaba en nada y nada realmente le importaba.

En cuanto al rubio a su lado, jugaba con sus manos para no temblar. Para Lucifer todo era terrorífico, era como encontrarse por primera vez encerrado en su jaula. Adaptando sus ojos a la oscuridad, sintiendo las paredes atacarle y respirando pesadamente, así vivía.

- Realmente esto es más importante que encerrar a Lucifer. – Señalo Rowena, repasando de nuevo el cuerpo de Castiel. – Están absolutamente rotos, como un millón de piezas de rompecabezas desarmadas.

- ¿El corte de su lazo pudo causar esto? – Preguntó Sam.

Rowena se apartó del ángel, con la atenta mirada de los cinco hombres sobre ella.

- Tomando en cuenta lo que me contaron, su unión se formó poco a poco, enlazada con la de sus recipientes. Pero la separación fue demasiado brusca, incluso para dos ángeles. – Paso a revisar al arcángel, quien pareció tensarse ante su cercanía. – Aun no sé cómo repararlos, pero buscare una manera si es que existe.

- ¿Qué hacemos mientras? – Interrogo Dean, notando como Cas volvía a perder el hilo de la situación y su mirada vagaba por cualquier parte.

- Lucifer necesita un lugar en el cual sentirse seguro, y Castiel... - Sopesó la bruja. – Quizá algo que estimule sus emociones.

- ¿Cómo películas o series? – Intervino Jack, sin comprender mucho.

- Exacto.




Arcángel y ángel usurparon la habitación del nephilim. Lucifer dormía después de lograr tranquilizarse con algo que Rowena le dio, y Cas se hundía en el puf frente a la televisión, viendo una interesante serie.

- ¿Seguro que puedes con ellos? – Dudo Sam.

- Claro, no son exactamente peligrosos ahora. – Sonrió Jack.

- De todas formas, Rowena se queda. – Aportó Dean, ya cargando su bolso. – Estaremos en contacto con ella.

La bruja ya les había dado una pequeña lista de cosas que requerían y para eso, los hermanos darían un largo viaje. El mayor apuró a Sammy y se marcharon.

Jack pasó un rato observando a sus padres. Lucifer estaba abrazado a sí mismo bajo las sabanas, durmiendo después de mucho terror vivido. Él era del tipo seguro de sí mismo, habiendo vivido lo suficiente para que rara vez fuese tomado por sorpresa. Verlo así, era ver a otra persona, desconocerlo absolutamente.

En cuanto a Cas, el nephilim había escuchado algunas historias que los Winchester contaban, burlándose del ángel y su antigua actitud. A veces, aquel Castiel se dejaba ver, cuando defendía a los suyos a capa y espada, pero no era el que Jack conocía. El nephilim desde el primer día, vio a su padre como el ser más amable y protector con el que pudo toparse aparte de su madre.

Camino dudoso hasta el ángel, demasiado concentrado en la serie. Con sus brazos apoyados sobre sus rodillas, en una pose demasiado rígida para estar sentado en un puf. Jack se sentó a su lado, cruzado de piernas como un niño.

Había algo que últimamente hacían, cuando las cosas iban mal y necesitaban la seguridad del otro a su lado, Cas le ofrecía su mano a Jack y este le correspondía el gesto. Manteniendo sus miradas y sonrisas hasta dar el primer paso adelante.

Este era uno de esos momentos en que ese gesto sería apropiado, además de que Rowena había dicho que estimular las emociones en el ángel ayudaría a superar su rotura. Por ello, Jack ofreció su mano al morocho, como tantas veces él lo había hecho.

Cas miró la palma delmenor, consciente de lo que ello significaba, pero ahora no comprendía porquelo hacían. Su mirada paso al chico, intentando buscar sentir algo más que nada.Pero entonces volvió su mirada al televisor, obviando al rubio a su lado.Rompiendo también a su hijo

Incontrolable.Where stories live. Discover now